Mauro Icardi repentinamente empezó a dar entrevistas en la Argentina luego de varios años de silencio absoluto. De no hablar pasó a dar notas por necesidad. Doble necesidad: volver a ponerse la celeste y blanca y no perder dinero de sus “sponsors técnicos”.
Icardi eligió jugar para Argentina y no para Italia. Eligió ser futbolísticamente argentino y no italiano (tiene las dos nacionalidades). Pero esa decisión no le trajo, por ahora, beneficios deportivos. Ni de los otros.
En los últimos días empezó a meter presión con declaraciones apuntadas al Tata Martino porque hasta ahora no ha sido convocado para el seleccionado. Y aunque está en la lista de preseleccionados para los Juegos Olímpicos, ni siquiera tiene un lugar seguro para estar en Río de Janeiro. Y no puede seguir afuera porque corren peligro los números de sus contratos.
El delantero del Inter de Italia tiene como principales sponsors a EA Sports (fue tapa en Italia del FIFA 2016) y Nike. Ya empezaron a marcarle la cancha: si no juega en la Selección argentina tendrán que renegociar los contratos porque la marca Icardi vale menos.
Icardi viene cumpliendo destacadas actuaciones en el Inter y lleva 51 goles en 104 partidos. Pero la camiseta del seleccionado, y jugar al lado de futbolistas como Messi, Agüero, Higuaín y Di María, aumentarían el valor de mercado de la imagen del rosarino de 23 años. Todo lo contrario pasa si no se pone la celeste y blanca.
Hoy es Wanda Nara quien lo representa y le negocia los contratos. Su esposa y madre de su hija. Y de ella habría nacido la estrategia de hablar en la Argentina y volver a instalar el nombre de Icardi en todos los medios. A menos de un mes de la Copa América y a tres meses de los Juegos Olímpicos. ¿Le hará un lugar Martino?