Carolina Pavón, la mujer argentina que pudo regresar al país luego de estar retenida en Egipto por una orden de restricción impuesta por su marido de esa nacionalidad, aseguró hoy que “luchará por conseguir un régimen de visita” para poder ver a sus hijas, que quedaron en aquel país viviendo con su padre.
“Agradezco la ayuda del Estado argentino y de la Justicia egipcia”, señaló Carolina, porque “gracias a ellos conseguí el divorcio y ahora en un plazo de nueve meses o un año comenzará un juicio abierto en el cual voy a buscar que me den el derecho a visita”, dijo al salir de un encuentro que mantuvo con el gobernador misionero, Hugo Passalacqua.
La instancia judicial del divorcio fue tramitada por Carolina como ciudadana egipcia, para tener más derechos y fue llevada adelante por un abogado de ese país, al igual que la causa por el régimen de visitas.
“Necesito ver a mis hijas, no tengo contacto con ellas”, se lamentó y afirmó que, confía en la Justicia de ese país.
El caso de Carolina Pavón tomó conocimiento público cuando en septiembre de 2016 la mujer, retenida en Egipto, solicitó la intervención del Estado argentino para la resolución de su situación.
Carolina contrajo matrimonio en Argentina con Mahmoud Tarfa, ciudadano egipcio y padre de sus dos hijas, Mariam y Yuliana, con quienes no tiene contacto desde diciembre de 2015.
Tarfa regresó a su país alegando que no podía adaptarse a la Argentina y al poco tiempo convenció a Carolina para que viajara con sus hijas a radicarse en el país africano.
Una vez instalados en Egipto, Carolina comenzó a sufrir violencia de género, por lo que decide mudarse de su hogar y pedir el divorcio, pero el Tarfa tramitó una restricción del hogar trabándole la salida del país.
Gabriela Arias Uriburu junto con el equipo interdisciplinario de la fundación que preside, asesoró a Carolina en todas las etapas del proceso y presentó ante las autoridades de Gobierno un pedido formal para que tratara el caso de Pavón.
Después de un largo proceso ella pudo volver a la Argentina pero sin sus hijas, que siguen viviendo con su padre, por lo que ahora Carolina comenzó la lucha desde Misiones para poder verlas.