La llama que presidirá los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro llegó a Brasil, el país que dentro de 94 días acogerá el mayor evento deportivo del mundo y que por primera vez será realizado en Sudamérica.
La antorcha olímpica llegó este martes poco después de las 7.30 hora local (10.30 GMT) a Brasilia, la capital del país y epicentro de la grave crisis política que vive el gigante latinoamericano.
Carlos Nuzman, el jefe del comité organizador de los Juegos Olímpicos, descendió de un avión procedente de Ginebra en el que se leía “Sueño olímpico a bordo” y, junto a él, portaba la llama en una linterna.
Tras su llegada al aeropuerto, el símbolo olímpico será trasladado hasta el palacio presidencial de Planalto, donde la mandataria Dilma Rousseff lo recibirá durante una ceremonia junto a autoridades del Comité Olímpico Internacional (COI) y del Comité Organizador de Río 2016.
Rousseff, amenazada con un juicio político que puede llevar a su destitución, deberá usar la llama para encender la primera antorcha, que recorrerá un total de 104 kilómetros por el Distrito Federal de la capital brasileña.
La llama entrará en la Catedral de Brasilia, diseñada por el arquitecto Oscar Niemeyer y, tras pasear por la Explanada de los Ministerios, amplia avenida en la que sitúan todos los edificios del poder público, llegará a la plaza de los Tres Poderes, el corazón político del país.
La antorcha también visitará el puente Juscelino Kubitschek, el estadio Mané Garrincha, el complejo acuático Claudio Coutinho, el parque nacional de Brasilia y la “igrejinha” (iglesita) de la Asa Sul, entre otros puntos emblemáticos de la ciudad.
Después de más de 13 horas de periplo por la capital brasileña, el fuego olímpico regresará a la Explanada de los Ministerios, donde está prevista una ceremonia con artistas.
Luego de su paso por Brasilia, la antorcha comenzará su recorrido por 329 ciudades de todo el territorio nacional hasta llegar al mítico estadio de Maracaná el 5 de agosto, cuando se inaugurarán los Juegos de Río 2016.