Dos cachorros de león de las cavernas (Panthera spelaea), de menos de dos semanas de edad, murieron hace más de 30.000 años en el norte de Rusia, probablemente al derrumbarse su guarida. Las dos crías, congeladas durante milenios, fueron halladas en julio de 2015 por unos buscadores de colmillos, un negocio muy popular en las últimas décadas entre los lugareños de la región de Yakutia.
Los cachorros momificados, en un estado de conservación asombroso, se encontraban en el permafrost, la capa de suelo permanentemente congelada, a unos cuatro o cinco metros de profundidad. En la cercanía se descubrieron los huesos de otras especies, entre ellas el mamut lanudo (Mammuthus primigenius), el bisonte estepario (Bison priscus), el reno (Rangifer tarandus), el lobo (Canis lupus) y el oso pardo (Ursus arctos).
“Los cachorros de león de las cavernas eran más grandes, pesados y peludos que los cachorros de león actuales”, explica Olga Potapova, investigadora del museo Mammoth Site (Hot Springs, Dakota del Sur), a National Geographic. Potapova es la coautora de un estudio internacional sobre los dos leones, dirigido por el Departamento de Estudios de la Fauna del Mamut, dependiente de la Academia de Ciencias de Yakutia, y en el que participan The Mammoth Site of Hot Springs y la Universidad de California en Santa Cruz.
Uyan y Dina, como han sido bautizados en referencia al río Uyandina, presentan un color amarillo tostado en el pelaje, las orejas muy cortas y las colas también bastante cortas. Tenían los ojos cerrados. El cerebro de Uyan estaba menos deformado que el de Dina y su reconstrucción en 3D ha revelado una forma que es característica de los gatos actuales. “La morfología cerebral es particularmente similar a la del león africano (Panthera leo), con amplios lóbulos piriformes, poderosos tubérculos olfatorios y un tamaño modesto de la región anterior de la circunvolución prorea (Prorean gyrus)”, dice el artículo científico.
“Los leones de las cavernas desaparecieron, en gran parte, debido a la extinción de sus presas: el número de bisontes esteparios y de caballos del Pleistoceno se redujo significativamente hasta que se extinguieron ambas especies, aproximadamente en la misma era geológica que el león de las cavernas. Esta especie se redujo en Europa tras la extinción del bisonte estepario, el caballo del Pleistoceno y el reno, y también debido a la sustitución total de un paisaje de estepa y tundra, favorable para los leones, a uno dominado por los bosques”, argumenta Potapova, quien además destaca que “los cachorros de león de las cavernas se encuentran en buen estado de conservación, pero no tanto como para ser clonados”.