Daniel Scioli, ex gobernador de la Provincia de Buenos Aires, vivió anoche un incómodo momento al ser increpado por Marcelo Salinas, padre del menor que mató a un ladrón y con quien compartía la mesa de invitados en el programa de Mirtha Legrand.
Luego de dar detalles del terrible hecho que vivió su familia y de explayarse respecto a su postura de tener armas en su casa y cerca de sus hijos, Salinas fue interrumpido por Scioli y su descripción del plan de desarme total que propone para terminar con la inseguridad. El comentario del ex vicepresidente disgustó a Salinas, quien lo cruzó con dureza en un tenso diálogo.
“Aquella persona que tiene permiso de portación obviamente tiene derecho a tener un arma y está respaldada. Pero la cantidad de armas que hay en el circuito ilegal, en manos de delincuentes como los que entraron a la casa de Marcelo… hay que desarmarlos, dar ya el debate en el Congreso, equilibrar el poder de fuego de lar armas, con un mayor control en las armerías, y aquella persona que es detenida en la vía pública con un arma con peligro para terceros tiene que quedar detenido y no salir. Por más policías y cámaras de seguridad que sigan poniendo, tenemos que buscar las causas profundas”, dijo Scioli ante la mirada atónita de Salinas.
“¿Usted fue vicepresidente y gobernador? ¿Y hoy se le ocurre decir esto?”, arremetió el padre del chico de 13 años que el martes 25 defendió a su familia y mató de un disparo a uno de los asaltantes que ingresó a su casa en el partido de Moreno. La discusión continuó por varios segundos:
Scioli: Siempre se me ocurrió y lo sigo sosteniendo, pero es un debate que se tiene que dar en el Congreso, ¿sabés cuántas armas destruimos nosotros?
Salinas: ¿Cuánto desarmaron?
Scioli: 120 mil armas, Marcelo.
Salinas: ¿Y qué hicieron? ¿Se las compraron a Brasil y las destruían?
Scioli: No, las secuestramos de los operativos permanentemente.
Salinas: Usted no me puede decir esto a mí, en esta mesa, con lo que estoy sufriendo y lo que ha vivido mi familia.
Scioli: Pero yo te respaldo.
Salinas: No, usted no puede respaldarme, deje que me respalde Luca a mí, porque usted no puede respaldar a nadie. Discúlpeme pero las cosas las vamos a hablar clarito en esta mesa.
Scioli: Marcelo, entendé el contexto.
Salinas: Yo le entiendo lo que quiera pero no le mienta a la gente, porque eso es mentira, decir acá que quiere desarmar a la gente cuando estuvieron 12 años en el gobierno es mentira.
Scioli: A la gente no, a los delincuentes, dar un paso más en la lucha contra el desarme de los delincuentes.
Salinas: Pero, ¿por qué no lo hizo cuando le tocó, señor?
Scioli: Porque destruimos 120 mil armas, pero es un tema que tiene que dar el Congreso, el debate.
Salinas: Siento que me está tomando el pelo, de verdad se lo digo.
Scioli: No, es un debate que se tiene que dar en el Congreso, que se tiene que dar, hasta el diputado Sergio Massa lo está haciendo.
Salinas: Pero, ¿por qué no lo tocó en el Congreso? Tuvieron mayoría durante años, caballero.
Scioli: Bueno, porque desgraciadamente hay veces en las que uno plantea una cosa y no sale, es la democracia. Yo entiendo que la gente, en defensa propia como en este caso, reacciona de esta manera y tenga un arma como defensa, pero el Estado tiene que llegar a las causas más profundas, que tienen que ver con esos delincuentes que no pueden tener esas armas.
Salinas: Los delincuentes tenían 40 años, estuvieron cuando usted fue vicepresidente y fue gobernador. Esos delincuentes los tenía que detener usted.
Scioli: Bueno, combatimos.
Salinas: No, no combatieron nada porque esos delincuentes tienen un prontuario de este tamaño, así que no me chamuye, por lo menos le pido que no nos chamuye.
Scioli: Bueno, son discusiones que se están dando en la Justicia para limitar absolutamente las excarcelaciones de aquellos delincuentes peligrosos para que no vuelvan a reincidir, cuestión que yo también respaldo. Ahora, ¿cómo acorralamos a estos delincuentes para que no avancen en este tipo de delitos?
La intervención de la conductora del programa y el resto de los comensales le puso punto final al intenso diálogo.