“Una concepción de universidad del siglo XIX con profesores formados en el siglo X y estudiantes que son del siglo XXI”. Preciso y preocupante el diagnóstico del secretario de Políticas Universitarias de la Nación, Albor Cantard, acerca de un ciclo educativo en la que el país supo estar a la vanguardia.
Cantard, que llegó al ministerio de Educación desde la Universidad Nacional del Litoral, reveló que “la edad promedio de graduación de nuestros universitarios es de 28 años. La lentificación de las carreras es uno de los indicadores más negativos del sistema. A esa edad, en Europa y en otros países están haciendo el doctorado”.
“Eso se debe a muchos factores. El sistema universitario tiene que poner en debate la extensión de las carreras, que ya en teoría son muy largas y que en la práctica se alargan aún más. En las universidades privadas es un poco menor pero tampoco es una gran diferencia. En promedio, las carreras duran alrededor de 8 años”, sostuvo.
En una entrevista en Infobae TV, señaló que otro de esos indicadores negativos es que “se gradúan solo 3 de cada 10 personas que ingresan a la universidad. Es apenas un poco mejor en las universidades de gestión privada. También acá hay una multiplicidad de factores” y mencionó “los problemas de formación en el secundario”.
En ese sentido, informó que están trabajando con las provincias para elaborar “una política articulada entre las universidades y el secundario. Pero también son muy malos los indicadores del secundario, donde la mitad de los chicos no termina la educación obligatoria”. “Nuestra primera propuesta es generar un amplio debate dentro del ámbito universitario, que es bastante conservador”, agregó.
Cantard afirmó que la universidad seguirá siendo gratuita, pero reveló que en su secretaría intentarán elaborar una propuesta antes de fin de año para que se puedan realizar “aportes voluntarios pero que tengan impacto y sirvan para ayudar a los que menos tienen y están en la universidad. Hay que tener en cuenta que, sobre todo en las nuevas universidades, tenemos altísimos porcentajes de estudiantes que son la primera generacion de universitarios en la familia. Por ejemplo, los padres del 70 por ciento de quienes ingresan en la universidad de Moreno no terminaron la secundaria”.
“Se trata de diferentes alternativas de aportes de empresas, de estudiantes que provengan de familias que lo puedan hacer, de los graduados de universidades públicas. Vamos a trabajar este tipo de cuestiones, que son facultades del Congreso de la Nacion. Lo importante es que el sistema no tenga temas tabú y que se puedan discutir libremente todos los temas. Que no se confunda este tema, por ejemplo, con la cuestión del arancelamiento”, completó.