La economía de Macri en el primer año de gestión

La gestión económica de Mauricio Macri comenzó a toda marcha. En poco tiempo, el Gobierno eliminó el cepo cambiario, quitó retenciones a las exportaciones y llegó a un acuerdo con los fondos buitre para terminar con una década de juicio y liberar el acceso al mercado de deuda.

Pero esas grandes decisiones iniciales, que economistas y empresarios valoraron, no se tradujeron en un mejor nivel de vida.

En otros términos, el segundo semestre nunca llegó. Al contrario, la actividad y el consumo cayeron y la inflación subió al nivel más alto desde 2002, a pesar de algunos esfuerzos del Gobierno por matizar el impacto de la contracción económica en los sectores de menores ingresos.

Aquí están, estos son, los doce datos del primer año de Macri Presidente.

Un sólo dólar, a 16 pesos

El 16 de diciembre de 2017, en apenas una semana de gobierno, el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, anunció el fin del cepo cambiario. El Gobierno desarticuló las restricciones para el acceso de divisas. Para hacerlo, devaluó el tipo de cambio oficial un 45 por ciento. El peso pasó de $ 9,76 a $ 13,95. El Banco Central de Federico Sturzenegger dejó flotar la moneda, que ahora cotiza a $ 16,20.

La rápida salida del cepo es uno de los aspectos más valorados por todos los actores económicos. Rodrigo Álvarez, director de la consultora Analytica, lo explica: “Argentina logró rápidamente pasar de una situación de proximidad de crisis de balanza de pagos, con expectativas de devaluación muy altas, riesgos de corrida cambiaria y salida de dólares constante, a un escenario en el que se puede acceder al crédito internacional de manera mucho más normal”.
En paralelo, la gestión Cambiemos desarticuló el cepo a las importaciones, al eliminar las Declaraciones Juradas de Anticipo de Importación (DJAI) que el anterior gobierno manejaba de manera arbitraria. La apertura de importaciones es gradual, pero afecta a sectores golpeados por la caída de ventas.

16.500 millones de dólares

El 19 de abril de 2016, el Gobierno anunció la colocación de deuda más importante de la historia del país para pagarle a los fondos buitre el juicio que Argentina había perdido años antes. Con ese acuerdo, el Ejecutivo pudo levantar el default que pesaba sobre el Estado por orden de la justicia estadounidense, que impedía pagar los bonos reestructurados hasta tanto no se saldara el reclamo de los holdouts.
El acuerdo con los buitres permitió al Ejecutivo, las provincias y las empresas emitir deuda externa para financiar obras y gastos corrientes. Lo primero es necesario; lo segundo, peligroso, pero permitió dosificar el ajuste. “El escenario fue mucho más moderado de lo que esperaba; nunca pensé que iban a colocar 30.000 millones de deuda externa. Fue la esencia del ajuste moderado”, explica Ramiro Castiñeira, economista de Econométrica.

Al colocar deuda, el Gobierno pudo llevar a la práctica su ajuste “gradual”. El déficit fiscal (la brecha entre los gastos y los ingresos) rondará este año el 5% del PBI. La pregunta que da vueltas es cómo continuará el ajuste: “Yo también abogo por el gradualismo, pero la realidad es que, pasado un año, comienza a confundirse con proselitismo, y eso aleja la posibilidad de que lleguen inversiones”, continúa Castiñeira.

4000 millones de dólares

Fue el costo de fiscal de eliminar casi todas las retenciones a las exportaciones y bajar cinco puntos las de la soja, la medida más celebrada por el sector agropecuario. Según los cálculos de la Sociedad Rural, el agro comenzó a invertir este año u$s 58.000 millones. Los efectos comenzarán a notarse en la próxima campaña. Este año, el sector agropecuario acumula una caída del 8,7% entre enero y octubre, según el Índice General de Actividad (IGA) de la consultora Orlando Ferreres.

100%, 200%, 300%, 500%

La suba de tarifas de los servicios públicos para achicar los subsidios provocó dolores de cabeza en el Gobierno. La Corte Suprema frenó en agosto el tarifazo del gas de abril y las nuevas tarifas recién pudieron aplicarse desde octubre. Todavía falta una nueva ronda de aumentos para 2017, tanto en electricidad como en gas. En este servicio, las empresas pidieron una suba de entre 70 y 100%.
“Una de las sombras fue la falta de planificación en el ajuste de los cuadros tarifarios”, considera el empresario José Urtubey, vocal de la Unión Industrial Argentina (UIA).

Inflación: 40%

Lejos del 25 por ciento de inflación que había estipulado Prat-Gay a comienzos de año, los índices de precios al consumidor estatales y privados coinciden en que 2016 terminará con una escalada de alrededor del 40%. Podría ser la suba más alta desde 2002: en 2014, la inflación rozó el 39%, según las mediciones alternativas de aquel año.

Mariano De Miguel, economista que dirige el Instituto Estadístico de los Trabajadores de la UMET, analiza: “El gran error fue implementar una política de redistribución y de ajuste que no generó ninguno de los beneficios que se plantearon al comienzo y trajo muchos costos”. Y explica: “La devaluación con quita de retenciones y ajuste de tarifas no generó competitividad, porque se produjo una aceleración inflacionaria que, al menos desde lo discursivo, el Gobierno no esperaba, pero que era esperable por la estructura productiva de argentina”.
La inflación quita competitividad a la economía, porque los productos y servicios argentinos se vuelven caros en comparación con los del exterior. Y también afecta al poder adquisitivo, en un año en el que los salarios reales perdieron entre 5 y 8 puntos respecto al avance de los precios.

Consumo: -4%

El consumo masivo acumuló una caída de 4 por ciento entre enero y octubre, según la consultora Kantar Worldpanel. La compra de productos de segundas macas y las excursiones al mercado central y a centros mayoristas ganaron protagonismo, mientras que la adquisición de electrodomésticos cayó hasta 15 por ciento en el año, según la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

“La contracción del consumo es bastante pronunciada por la caída del salario real y hay que darle oxígeno”, afirma Álvarez, de Analytica.

Inversión: -5,7%

Las inversiones que tanto espera el Gobierno se demoran. Según la consultora Orlando Ferreres, la Inversión Bruta Mensual cayó 5,7% en septiembre y acumula un año de caídas constantes. La inversión en maquinaria y equipo (la que hacen las fábricas que esperan vender más), se contrajo 3,8%, mientras que la de la construcción cayó 7,5% internual en septiembre.
“Las variables que hacen reaccionar a la inversión, por más que el clima de negocios pueda jugar algún rol, son la rentabilidad y fundamentalmente la demanda y las perspectivas de crecimiento económico”, afirma De Miguel. “Las pymes sufrieron un combo terrible”, agrega.

Para Castiñeira, el problema es otro: “Tapar los problemas heredados con deuda no ayuda y hace que no lleguen las inversiones”, dice.

“La ansiada lluvia de inversiones productivas no llegó en el primer año de gestión”, indica Ecolatina en un reporte. “En un contexto de menor demanda e incertidumbre económica respecto a la recuperación, las decisiones de inversión real se postergaron. A esto se le sumó que el encarecimiento del alza de las tasas de interés del Banco Central favoreció la inversión financiera en detrimento del crédito productivo”, explica.

“Vamos a cerrar el año con una caída del 12 por ciento”, dijo Gustavo Weiss, el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción. La obra pública demoró más de la cuenta en arrancar. El Gobierno debió renegociar deudas que el sector arrastraba desde el kirchnerismo y poner en ejecución sus propios planes. “Pero eso ya está hecho: el grueso de las obras viejas ya está en ritmo y las licitaciones nuevas van a estar a pleno el año que viene”, se esperanza Weiss.
La obra privada no tuvo un buen año, pero apuesta a la reactivación del crédito hipotecario y a la llegada de fondos del blanqueo de capitales para despegar. “Sin dudas, vamos a revertir la pérdida el año que viene”, vaticinó el empresario.

Industria: -4,9%

El sector manufacturero cayó 4,9% entre enero y octubre. Brasil, el principal destino de las exportaciones industriales (principalmente, los autos) no despega. El consumo interno, tampoco.

“Cerramos un año difícil”, dice Urtubey. “Aspiramos a que en las mesas de producción y trabajo que implementa el Gobierno se pueda debatir un modelo de fondo”, agrega. “Hay que ir al detalle, ver cuáles van a ser las políticas públicas orientadas a buscar competitividad sistémica. Hay que fortalecer la oferta productiva”, pide.

Actividad: -2,3%

El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), un sondeo que hace el Banco Central entre las consultoras económicas del país, arrojó que los economistas esperan que la economía termine el primer año de gestión de Macri con una caída del 2,3%. Las lecturas son disímiles.

“Era imposible tener resultados positivos en 2016. Había que desarmar la fiesta populista. Se logró contener el impacto y es un muy buen dato; Argentina abortó su camino a la locura”, evalúa Castiñeira.
Álvarez cree que hubo fallas en la política económica que impactaron en la actividad. “Se pasó de un modelo basado en el consumo a otro que intenta hacer un balance entre la inversión y la oferta, y ese cambio no tuvo una continuidad”, dice. “La política monetaria se pasó de restrictiva y podría haberse relajado antes”, agrega. Las altas tasas de interés demoraron inversiones en la economía real: en términos llanos, era más rentable tener la plata en el banco que ponerla a trabajar.

La contracara de la caída de la actividad es el empleo. Según datos del Ministerio de Trabajo, entre noviembre de 2015 y septiembre de 2016 se destruyeron 77122 puestos de trabajo en blanco en el sector privado, principalmente en la construcción y la industria.
47,000 millones de pesos

Es lo que destinará el Estado a pagar juicios a jubilados, luego de la sanción de la ley de Reparación Histórica. Según los cálculos oficiales, la inversión llegará a los $ 75.000 millones, si se suma la actualización de haberes prevista para los 2,3 millones de jubilados que o hicieron juicio o estaban en condiciones de iniciarlo.

Hasta el momento, 630.000 jubilados aceptaron la oferta de pago que les hizo el Gobierno, según los datos de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES).

Pobreza: 32,2%

El primer dato oficial de pobreza del nuevo Indec no deja de ser escalofriante. Al segundo trimestre del año, la pobreza alcanzaba al 32,2% de la población y el 6,3% vivía en situación de indigencia. El 47,7% de los niños y adolescentes de hasta 14 años está debajo de la línea de pobreza. También se encuentra en esa situación el 38,6% de los jóvenes de entre 15 y 29 años.
“Este es el punto del partida a partir del cual acepto ser evaluado”, dijo Macri al presentar los datos.

La foto de pobreza no permite comparar con la situación previa a la de la gestión Cambiemos, por la falta de datos oficiales confiables previos. Según la medición alternativa de la Universidad Católica Argentina (UCA), la ampliación de la Asignación Universal por Hijo (AUH), la exención de IVA para las compras de sectores vulnerables y la implementación de la tarifa social de servicios públicos no alcanzaron para evitar el crecimiento de la pobreza. Entre diciembre de 2015 y abril de 2016, 1,4 millones de personas cayeron en la pobreza.