La tragedia le pisó los talones. Débora, una argentina que vive en Barcelona, se salvó de milagro del atentado en la rambla de Barcelona. Unos minutos antes, había comido en el restaurante turco Luna de Istanbul, donde se atrincheró uno de los autores de la masacre, y había pasado por el lugar de la matanza. Tan cerca estuvo que vio la cara del terrorista que atropelló y mató a por lo menos 13 personas.
“Vi la cara del terrorista, tenía una camisa llamativa: a rayas blanca“, describió Débora, que pasó por el cruce de peatones minutos antes de que se desatara la matanza y observó al terrorista. “Recuerdo todo, la cara, pelo corto y lo veía como grande. Lo miré y seguí hacia adelante”, detalló en diálogo con TN.
Débora estaba dentro de una tienda cuando se produjo el atentado. El pedido de la vendedora para que desalojara el lugar no la conmovió. Pensó que la alerta respondía a que había ocurrido un robo. Pero cuando salió a la calle, la escena era dantesca: gritos, corridas y desesperación. En ese instante comprendió que algo grave había acontecido.
“No puedo creer que estuve en ese momento. Gracias a Dios no me pasó nada“, reflexionó Débora. Todavía envuelta en la conmoción, afirmó: “No me tocaba, pero estuve ahí y vi todo”, indicó.
“No me voy a ir de Barcelona. Hoy te pasa acá y te puede pasar en cualquier lado. Voy a trabajar todas las mañanas al centro y con mis compañeros de trabajo bromeamos con que ‘mañana nos toca'”, consideró.