La Argentina es uno de los tres países de América latina y el Caribe, junto con México y Uruguay, que tiene tasas efectivas de impuestos sobre los ingresos más altos que exceden el 8% para el decil más alto de su población.
Así surge de la investigación “Tributación para un crecimiento inclusivo”, presentada hoy por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y OXFAM.
De acuerdo con los resultados de la investigación, en la región “las tasas efectivas de impuestos sobre los ingresos más altos siguen siendo muy bajas y su impacto sobre la desigualdad de ingresos es limitado”.
Sin embargo, destaca, “de los 16 países que se tomaron en cuenta, sólo 3 (Argentina, México y el Uruguay) tienen tasas efectivas que exceden el 8% para el decil más alto y únicamente México alcanza el 10%”.
En Uruguay, la tasa efectiva impuestos sobre los ingresos más altos está en torno al 8%, en Argentina en torno a 9% y en México alcanza el 10%.
Según la CEPAL, el decil más alto de la distribución de ingresos en América Latina paga una tasa impositiva efectiva excepcionalmente baja en comparación con los países de Norteamérica y Europa: el 10% más rico de América Latina y el Caribe posee 71% de la riqueza y tributa sólo 5,4% de su renta; mientras que en Estados Unidos la tasa efectiva para el 10% más rico es de 14,2% y en algunos países europeos incluso excede el 20%.
El informe presentado hoy alerta que la recaudación de impuestos en América Latina es, en general, demasiado baja, por lo que la gran mayoría de los países de la región no recaudan lo suficiente para suplir las necesidades mínimas de la población en materia de salud y educación públicas, por ejemplo, ni para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (para lo cual se estima una recaudación mínima del 20% del producto interno bruto, PIB).
Entre 2000 y 2013, la tasa impositiva promedio subió de 16% del PIB a 20,6% en la región, si bien esta cifra sigue siendo inferior al promedio de los países miembros de la OCDE (34,1% del PIB en 2013).
Sin embargo, señala que “el promedio regional oculta una significativa diversidad de resultados entre los países” dado que mientras la “Argentina, Bolivia, el Brasil y el Uruguay se acercan a la recaudación tributaria media de la OCDE en relación con el PIB, la mayoría de los países de la región apenas alcanzan el nivel mínimo del 20% que sería necesario para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Asimismo, indica que “la evasión fiscal constituye un gran desafío para el fortalecimiento del impuesto sobre la renta de las personas físicas y de las empresas” y que “varios estudios han demostrado que los países de América Latina pierden más del 50% de sus ingresos por impuestos sobre la renta de las personas físicas (32,6% en Perú, 36,3% en El Salvador, 38,0% en México, 46,0% en Chile, 49,7% en la Argentina, 58,1% en el Ecuador y 69,9% en Guatemala).
La evasión del IVA es menos pronunciada, sobre todo en comparación con la elusión del impuesto sobre la renta, pero sigue siendo significativa y muestra niveles desde alrededor de 20% en la Argentina, Chile, Colombia, el Ecuador y México, hasta casi un 40% en Guatemala y Nicaragua.
Pese a que “los niveles de evasión han caído en las últimas décadas”, la CEPAL estima que la evasión del impuesto sobre la renta personal y corporativa y del impuesto sobre el valor agregado le costó a América Latina más de 320.000 millones de dólares (6,3% del PIB) en concepto de pérdidas de ingresos en 2013.
Así surge de la investigación “Tributación para un crecimiento inclusivo”, presentada hoy por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y OXFAM.
De acuerdo con los resultados de la investigación, en la región “las tasas efectivas de impuestos sobre los ingresos más altos siguen siendo muy bajas y su impacto sobre la desigualdad de ingresos es limitado”.
Sin embargo, destaca, “de los 16 países que se tomaron en cuenta, sólo 3 (Argentina, México y el Uruguay) tienen tasas efectivas que exceden el 8% para el decil más alto y únicamente México alcanza el 10%”.
En Uruguay, la tasa efectiva impuestos sobre los ingresos más altos está en torno al 8%, en Argentina en torno a 9% y en México alcanza el 10%.
Según la CEPAL, el decil más alto de la distribución de ingresos en América Latina paga una tasa impositiva efectiva excepcionalmente baja en comparación con los países de Norteamérica y Europa: el 10% más rico de América Latina y el Caribe posee 71% de la riqueza y tributa sólo 5,4% de su renta; mientras que en Estados Unidos la tasa efectiva para el 10% más rico es de 14,2% y en algunos países europeos incluso excede el 20%.
El informe presentado hoy alerta que la recaudación de impuestos en América Latina es, en general, demasiado baja, por lo que la gran mayoría de los países de la región no recaudan lo suficiente para suplir las necesidades mínimas de la población en materia de salud y educación públicas, por ejemplo, ni para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (para lo cual se estima una recaudación mínima del 20% del producto interno bruto, PIB).
Entre 2000 y 2013, la tasa impositiva promedio subió de 16% del PIB a 20,6% en la región, si bien esta cifra sigue siendo inferior al promedio de los países miembros de la OCDE (34,1% del PIB en 2013).
Sin embargo, señala que “el promedio regional oculta una significativa diversidad de resultados entre los países” dado que mientras la “Argentina, Bolivia, el Brasil y el Uruguay se acercan a la recaudación tributaria media de la OCDE en relación con el PIB, la mayoría de los países de la región apenas alcanzan el nivel mínimo del 20% que sería necesario para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Asimismo, indica que “la evasión fiscal constituye un gran desafío para el fortalecimiento del impuesto sobre la renta de las personas físicas y de las empresas” y que “varios estudios han demostrado que los países de América Latina pierden más del 50% de sus ingresos por impuestos sobre la renta de las personas físicas (32,6% en Perú, 36,3% en El Salvador, 38,0% en México, 46,0% en Chile, 49,7% en la Argentina, 58,1% en el Ecuador y 69,9% en Guatemala).
La evasión del IVA es menos pronunciada, sobre todo en comparación con la elusión del impuesto sobre la renta, pero sigue siendo significativa y muestra niveles desde alrededor de 20% en la Argentina, Chile, Colombia, el Ecuador y México, hasta casi un 40% en Guatemala y Nicaragua.
Pese a que “los niveles de evasión han caído en las últimas décadas”, la CEPAL estima que la evasión del impuesto sobre la renta personal y corporativa y del impuesto sobre el valor agregado le costó a América Latina más de 320.000 millones de dólares (6,3% del PIB) en concepto de pérdidas de ingresos en 2013.