La ansiedad excesiva afecta la vida social

¿Qué factores nos predisponen a ser más ansiosos? ¿Cómo podemos controlar esos estados para poder aumentar la calidad de vida y relacionarnos mejor con el entorno? El piscólogo Santiago Gómez nos aclara estos interrogantes y otros.

Cuando hablamos de ansiedad excesiva o patológica, hacemos referencia a una respuesta psicobiológica exagerada, que se caracteriza por temores irracionales frente a situaciones que se perciben como amenazas reales -cuando no lo son- perturbando la vida social y cotidiana de la persona que la siente.

Intervienen diferentes factores en la aparición de esta ansiedad. Algunos de ellos son:

* Predisposición genética: carga genética de padres a hijos.

* Vulnerabilidad del sistema autónomo simpático: algunos son más sensibles y manifiestan antes la descarga de adrenalina, provocando la respuesta ansiosa.

* Vivencias infantiles: tiene que ver con los diferentes sucesos que el sujeto vivió en su vida infantil y cómo repercutieron en él.

* Sistema de creencias y pensamientos negativos: se interpretan los hechos del exterior como algo peligroso. Esto activa al sistema autónomo simpático, generando el estado de ansiedad.

Los estudios e investigaciones muestran que lo que el sujeto se imagina o piensa de forma catastrófica, va a provocar en el cerebro la reacción de ansiedad y temor con síntomas físicos muy similares a los qué se originan frente a un peligro real.

La Terapia Cognitiva nos enseña qué no son los hechos del exterior los que nos perturban, sino cómo cada uno de nosotros los interpreta. Esto significa que tanto las situaciones negativas como positivas de la vida cotidiana, pueden ser generadoras de ansiedad, como consecuencia de los pensamientos con los que el sujeto las interpreta.

Características de los pensamientos generadores de ansiedad:

* Son anticipatorios: porque se anticipan siempre de manera negativa a lo que pueda ocurrir.

* Son catastróficos: la persona ve las situaciones peor de lo que realmente son.

* Son certeros: lo que el sujeto piensa o se imagina de forma negativa no se vive como una probabilidad, sino que se tiene la certeza de que va a pasar.

Algunas de las consecuencias que puede originar la ansiedad patológica en la vida cotidiana y social del sujeto son: o retraimiento social; o conductas evitativas frente a situaciones cotidianas; o perturbación en el desempeño de las actividades académicas y laborales.

Tips para tener en cuenta:

* Aprender a identificar los pensamientos negativos para poder modificarlos;

* Tener presente que no son las situaciones las que nos perturban, sino cómo las interpretamos;

* Someter a crítica aquellos pensamientos que generan el estado de ansiedad para poder realizar una interpretación más saludable de las diferentes situaciones.

Por el Psicólogo Santiago Gómez, Director de Decidir Vivir Mejor y del Centro de Psicología Cognitiva.