Quien tenga la bendición de contar con un amigo sabrá recordar qué factores supo apreciar en el otro como para generar ese vínculo de confianza mutua tan especial. Sin embargo no son muchos los que son capaces de recordar el primer contacto con aquél mejor amigo o amiga. Lo cierto es que recientes estudios permitieron corroborar que los primeros segundos son fundamentales.
Según una investigación realizada en 2014 sobre un grupo de hombres y mujeres, el 60% de ellos cree “en el amor a primera vista”. Tanto en el amor como en la amistad, sea por una “chispa” o por “química” una persona necesita sólo un puñado de segundos para hacerse una primera impresión de alguien.
Un estudio llamado “A neural mechanism of first impressions” (El mecanismo neuronal de las primeras impresiones) publicado en la revista especializada Nature Neuroscience reveló que los investigadores identificaron dos áreas del cerebro que se activan particularmente cuando conocemos a alguien nuevo. Una es la amígdala, el área del cerebro que se ocupa de la emoción, y la segunda, la corteza cingulada posterior, que está vinculada a la llamada “memoria autobiográfica”.
Como se señaló la experta Karla Starr en Psychology Today, la corteza cingulada posterior ayuda a evaluar las decisiones y asignar un valor a los objetos. “Pasamos por un proceso muy similar con los seres humanos. Y después de asignar un valor a una persona, tomamos la decisión de cómo orientarnos a esa persona”, explicó. “¿Queremos acercarnos? Sabiendo cuál es el valor de esta persona para nosotros, ¿queremos que esta persona participe en nuestro círculo?”, detalló.
La clave: la “amistad química”
La profesora de psicología en la Universidad Estatal de California, Kelly Campbell amplió: “Cuando ves a la persona por primera vez, no te das cuenta de cuántos juicios estás haciendo, pero en realidad estás recopilando información que te dice si esta persona tiene las cosas que valoramos en un amigo, como ser si es leal, confiable, divertido, etc“.
Junto a otros dos expertos, Campbell publicó en 2015 un estudio llamado “Friendship chemistry: An examination of underlying factors” (Química de la amistad: Un examen de los factores subyacentes) en donde definieron a la “amistad química” la cual representa a la “conexión instantánea entre los amigos y que hace que la relación parezca natural”.
Para los científicos, la “amistad química” es una reacción emocional: “Hay dos formas de tomar decisiones. Hay razonamiento cognitivo, con el que pensamos mediante recopilación de información evaluando pros y contras. Y por otro lado está el lado emocional, que incluye cosas como la intuición”, explicó Campbell.
En un estudio anterior publicado en la revista académica Journal of Social and Personal Relationships, Michael Sunnafrank y su colega Artemio Ramírez argumentaron que “las personas forman relaciones basadas en su expectativa de gratificaciones futuras, y evitan relaciones que piensan que lo serán menos”.