A las dudas sobre la crianza de sus hijos, algunas madres recientes añaden las de su propia alimentación: ‘¿qué debo comer mientras amamanto al bebé?, ¿y evitar?, ¿dará mal sabor a la leche?, ¿me pondré como una vaca por darle el pecho?…’.
Por suerte, la mayoría de las madres llevan una dieta excelente si siguen sus instintos. Tanto si la mujer da el pecho como si no, puede comer lo que quiera y en la cantidad que desee. Aquí encontrarás las respuestas a esas preguntas que pueden inquietarte.
¿Qué alimentos debo consumir?
La dieta sana para una madre lactante es igual que para todo el mundo: una base de cereales (pan, arroz, pasta…) y legumbres (lentejas, guisantes, garbanzos, alubias…), complementada con frutas o verduras y carne y pescado de vez en cuando.
Conviene no abusar de azúcar y dulces, aperitivos salados, refrescos azucarados, grasas…
¿Cuánta comida necesito?
Tu apetito marcará las cantidades. Casi nunca se equivoca y los errores no pasan desapercibidos: si se adelgazas varios kilos, es que necesitas comer más, y si engordas, es que necesitas comer menos.
Si das el pecho, solo hay que comer algo más. Durante la lactancia, lo mismo que durante el embarazo, el metabolismo de la mujer cambia, y aprovecha mucho mejor la energía de los alimentos.
¿Hay elementos prohibidos mientras se da el pecho?
No existen. No es malo comer patatas fritas, ni mayonesa, ni pasteles, siempre que no sean los únicos componentes de la dieta. Lo que come la madre influye muy poco en la composición de la leche. Aunque no te alimentes bien, tu leche sigue siendo excelente. Te conviene seguir una dieta equilibrada por tu salud, no por la de tu hijo.
Algunos alimentos cambian el sabor de la leche (ajos, cebollas, espárragos, alcachofas, especias….), pero no hacen que el niño coma más o menos. Si después de comer cierto alimento el bebé se pone nervioso al pecho y no quiere mamar, ya sabes que no le gusta y, si quieres, puedes evitarlo. De todas formas, como el sabor de la comida ya pasa a través de la placenta, no suele haber ningún problema con alimentos que suele consumir la madre, ya que su hijo está acostumbrado.
Ningún alimento que tome la madre causa gases en su hijo. Esta es una creencia falsa. Ciertos alimentos producen gases en el intestino durante la digestión. Pero ese gas no puede pasar a la leche, porque para hacerlo tendría que pasar por la sangre.
Alergias. Si el niño es alérgico a algún alimento, el pediatra te recomendará que dejes de comerlo durante la lactancia.
¿Puedo hacer régimen?
Una parte de lo que se engorda durante el embarazo son reservas para la producción de leche. La mayoría de las madres mantienen el peso durante los primeros tres meses, y solo luego empiezan a perder de forma natural.
Si la mujer no da el pecho, tal vez tenga que vigilar un poco su dieta y hacer más ejercicio.
Si de verdad hace falta perder peso, una dieta de unas 1.750 calorías al día permite adelgazar paulatinamente (5 kilos en 10 semanas), sin que se altere la producción de leche.
¿Hay comidas que ayuden a producir más leche?
No. Si un bebé engorda más que otro, no es porque su madre tenga más leche, sino porque el niño es más tragón. Así que no hagas caso a las creencias populares: no estás obligada a comer leche y avellanas.
¿Qué cantidad de agua he de beber?
Toda la que quieras. Si das el pecho, tendrás más sed de lo habitual, sobre todo durante la toma, pues la hormona oxitocina produce sed. Es automático, no necesitas calcular, ni forzarte a beber agua si no te apetece.
Cómo organizarse para alimentarse bien
Si es tu primer hijo, puedes sentirte agobiada ante tus nuevas obligaciones (y si es el tercero, tendrás más experiencia, pero también muchas más obligaciones). Muchas madres se encuentran sin tiempo para cocinar ni casi para comer, y temen estar mal alimentadas porque pican «cualquier porquería» de la nevera, a veces de pie y con el niño en brazos.
Que no cunda el pánico. Diga lo que diga la sabiduría popular, la comida alimenta igual fría que caliente, no es necesario comer cada día a la misma hora, y picotear es más sano que hacer tres comidas al día. Comer lo mismo, pero más repartido, es mejor para la tensión, el azúcar y el colesterol, y puedes picotear muchas cosas que no son porquerías (fruta, un bocadillo, una zanahoria, un trozo de queso, unas almendras…).
Un truco: si te acostumbras a preparar el doble de cada receta, te sobrará para la cena, o para congelar. El microondas es muy útil para descongelar y calentar restos.
¿Necesito más vitaminas?
Para dar el pecho no es preciso tomar suplementos de vitaminas o minerales. Nuestra dieta habitual ya los contiene y para que la leche materna fuera deficitaria en alguna vitamina, la mujer tendría que haber enfermado primero.
Hierro
Si ha perdido mucha sangre durante el parto, es posible que tenga anemia y necesite hierro. Si no es así, basta con el hierro que contienen los alimentos. Cuando se da el pecho, la menstruación se retrasa varios meses, así que la madre no pierde hierro, sino que lo ahorra.
Calcio
Tampoco necesita suplementos de calcio. Durante los primeros seis meses de lactancia, todas las madres pierden calcio de sus huesos a consecuencia de los cambios hormonales . A partir de los seis meses, el metabolismo cambia, y los huesos acumulan calcio, aunque la madre no tome ningún suplemento.
Vitamina B12
Una dieta variada contiene mucha vitamina B12, pero ningún alimento de origen vegetal la lleva. Los vegetarianos estrictos deben tomar suplementos toda su vida. Esto es especialmente importante en el embarazo y la lactancia.