Después de estar en fábricas y laboratorios, en tareas productivas o como prototipos en diversos proyectos académicos o de investigación y desarrollo, los robots buscan tener su lugar en el mercado masivo de consumo. En este camino se ubica Kirobo Mini, un androide que Toyota pondrá a la venta en 2017. ¿Cuál es su función? Ser un acompañante que emula el comportamiento de un bebé.
“Como un bebé, Kirobo Mini se tambalea un poco, suele estar sentado y no tiene todas las capacidades para mantenerse equilibrado”, dijo Fuminori Kataoka, ingeniero del equipo de Diseño del simpático androide. “Con esta falencia buscamos crear una conexión emocional con los usuarios”, dijo durante una entrevista con la agencia Reuters.
Con 10 centímetros de altura, su diseño se asemeja a Robohon, el pequeño androide de Sharp que combina las funciones de smartphone con un sistema de reconocimiento de rostros y de proyección de video, entre muchas otras prestaciones. La ventaja de Kirobo Mini está en el precio, de 400 dólares, frente a los 1800 dólares que cuesta Robohon.
Video oficial de Kirobo Mini, el robot sensible de Toyota
Kirobo Mini tendrá una base donde se podrá sentar y que se puede ubicar en el portavasos de un auto. ¿Cuál es el objetivo de Kirobo Mini? Con un cuarto de la población mayor de 65 años, Japón busca paliar el déficit de atención en los servicios de salud con este tipo de proyectos robóticos.
A su vez, Japón es uno de los países que, junto a Corea del Sur, cuenta con la mayor concentración de robots en su industria: unas 314 máquinas cada 100 mil empleados nipones.
Este tipo de iniciativas también buscan posicionarse en otros segmentos, tales como oficinas, tiendas y hospitales. Firmas como Softbank comenzaron a comercializar a Pepper, un androide con capacidad de relacionamiento social en servicios de atención al cliente.
Kirobo Mini es el sucesor de un prototipo que fue enviado al espacio junto al primer astronauta japonés que visitó la Estación Espacial Internacional en 2013. Con este pequeño androide Toyota planea desarrollar los sistemas informáticos y de inteligencia artificial capaces de reconocer y reaccionar ante las emociones humanas, dijo Kataoka.