Como primer paso, la Casa Pontificia autorizó por email a Joselo y a sus amigos a ingresar con los instrumentos. Era algo casi imposible ya que por la realidad que vive Europa por los recientes atentados, la seguridad instalada en cada una de las puertas de acceso es muy estricta.
Luego de ingresar a la plaza, los cinco integrantes se instalaron en la platea y comenzaron a interpretar música regional, mientras Francisco ingresaba en el papamóvil. Al pasar frente a ellos, los saludó y los bendijo.
Al final de la audiencia los misioneros fueron rodeados por todos los argentinos que se encontraban allí, para entonar el Himno argentino, y una versión multitudinaria de Solo le pido a Dios, que fue dedicada al pueblo sirio y a los países que sufren violencia y guerra.
“Cuando arrancó el chamamé y se escuchó un sapucay repetido por miles, se me puso la piel de gallina. No aguanté y me salió el grito de ¡viva misiones, viva la patria!. Fue un momento que jamás olvidare”, contó Joselo Schuap.
Ya están en viaje a Barcelona, y los últimos shows de la gira serán en las ciudades de Elche y Alicante, frente al mar Mediterráneo.