Apagados los reflectores de otra edición de los Martín Fierro, ya lunes por la madrugada, Jorge Lanata se deja fotografiar a ráfagas con el premio más importante de la entrega. Tras varios flashes, el galardonado logra desaparecer detrás del cortinado: en la casi oscuridad, se prende un cigarrillo para hablar conClarín sobre la noche que acaba de pasar. Una noche con algunos silbidos y otros tantos aplausos y frases fuertes. “Me gustaría tener enemigos inteligentes”, dice entre el humo de su cigarrillo.
¿Cómo se festeja?
Nada, me voy a ir a dormir. Estoy cansado y tengo radio temprano (conduce Lanata sin filtro, por Mitre). Me encantó compartir esto con mis dos hijas.
¿Por qué decidiste traerlas?
Porque es una manera de estar más juntos. Ellas me ven a mí todos los días en un rol mucho más casero y menos profesional. La más grande a veces ve el programa, pero la chiquita no lo ve nunca. Y hace bien. Yo no espero que lo vea. Me gusta que también conozcan las partes lindas del laburo. Estaban con el tema de qué vestido se ponían, esto, lo otro. Me gusta llevarlas a lugares así. Yo odio venir a estos lugares, pero cada tanto lo hago.
Con el Oro. Lanata, ayer a la tarde, en su casa.
¿Qué te decidió a venir este año?
El canal me pidió que viniera y me pareció que estaba bien venir. Yo tengo 21 Martín Fierro. Por lo menos vine treinta veces. ¿Te imaginás treinta cenas como ésta? Es un embole. También me apreció muy buena la actitud de (Luis) Ventura, y por eso le agradecí. Yo estoy peleado con Ventura, he tenido un juicio con Ventura. Y me pareció bien que él pudiera separar las cosas. Me pareció caballeroso de su parte. Y lo menos que podía hacer era venir. Estuvo bien.
¿Cómo viste la ceremonia?
No sé bien. A veces la gente es maleducada y se va cuando termina la terna de ellos.
El año pasado decías que varios no te saludaban. ¿Cambió eso?
No creo que la grieta se arregle en dos años. Me parece que falta mucho.
Decís que trajiste a tus hijas para que vean la parte linda de la profesión. ¿Qué pensás ahora con lo que se vivió en la entrega?
Con los silbidos ellas podrían haber aprendido algo hoy. Yo invité a los que silbaron a que vinieran a discutir. Y no lo hicieron. Ojalá ellas hayan aprendido eso.
¿Quiénes te silbaron?
Me dijeron que era una mesa de tipos de la Televisión Pública (Canal 7). Cuando laburo yo doy datos. Si ellos quieren pelear conmigo, que peleen con datos. Antes de que me dieran el Martín Fierro a mí, hubo varios kirchneristas a los que les dieron un Martín Fierro y yo no los silbé, porque soy una persona educada y no me aparece que haya que discutir ideología silbando. Me parecen pobres pibes, en el fondo. Un fanático es un pobre tipo. A mí me encantaría tener otro tipo de enemigos. ¿Sabés cómo?… Tengo unos enemigos de mierda. Me gustaría tener enemigos que me quieran cagar. Y que usen buenas armas para cagarme. Eso me obligaría a pelear en la misma condición. No quiero que los enemigos me tiren tomates. Quiero un enemigo que venga y que me cuente la ruta del dinero Macri, suponete.
Eso te daría material para hacer otra temporada de “Periodismo para todos”…
Yo siempre digo que me peleé con todos los presidentes de la democracia. Y es así. Me peleé con (Raúl) Alfonsín, (Fernando) De la Rúa, (Carlos) Menem. Me peleé con Néstor (Kirchner) y, por supuesto, con Cristina (Fernández). Es mi laburo. Yo estoy del lado de la gente, paleándome con el poder. Eso es lo que yo hago. Me voy a terminar peleando con (Mauricio) Macri en algún momento: ya sé que va a ser así. Está en la propia dinámica de las cosas. El periodismo y el poder no pueden estar juntos. Si no, no es periodismo.
¿Vuelve “PPT” (El Trece)?
Estoy viendo de volver en un par de semanas. Irá todos los domingos a la noche. Vamos ver qué conseguimos de material, qué hay. No anda toda la información flotando por ahí. Hay que buscar: vamos a buscar en todos lados, no hay lugar en donde no vayamos a buscar. Lo que encontremos lo vamos a contar, como hicimos siempre.
El año pasado eras uno de los favoritos para el Oro, pero se lo llevó “Guapas”. ¿Qué cambió esta vez?
Por lo que yo supe, el Gobierno en su momento se había metido en el voto. Es absurdo, pero es así. Yo no puedo creer que un Gobierno se dedique a eso, pero pasó. Yo averigüé, y lo que a mí me contaron fue eso. El año pasado estaba decidido que lo iba a ganar yo, y en un momento la votación se dio vuelta.
Hace una semana se anunció que se levanta “El argentino más inteligente”, y ahora te llevás el Oro. ¿Qué pensás?
Yo decidí levantar un programa, fue un formato que no funcionó. Y me parece inteligente haberlo levantado. Al canal yo le agradezco que haya aceptado mi decisión, podrían haber dicho que no. Yo no voy a estar en pantalla con 7 puntos: yo no hago 7 puntos hace 20 años. La cantidad de puntos que hacés, creas o no en el rating, tiene que ver con la carrera. Bueno, yo hago programas de 15 para arriba. No de 7.
¿Sentís que fracasaste?
¡Claro!, para otros sería un recontra éxito, porque hacen 4. Pero para mí, a esta altura, no lo es.
Al agradecer el Oro, subrayaste que hay que pensar en una carrera, no en un éxito.
Sí, claro. Si es que puedo dar algún ejemplo, es el ejemplo que di levantando el Oro y reconociéndolo. Nadie dice “fracasé”. Bueno, me parece bueno poder decirlo.
¿Por qué pensás que no funcionó “El argentino…” (El Trece)?
Primero, tendría que haber ido antes de la novela (Los ricos no piden permiso) y no después. También teníamos una novela consolidada en Telefe (Moisés y los Diez Mandamientos), que no baja de los 18. El formato de entretenimiento mide 12 de promedio. Si ves a Guido (Kaczka) o a Iván (De Pineda), hacen 7, 8, no hacen 15 puntos. Fuimos el programa más visto del canal en el debut, pero para mí fue un fracaso.
¿Estás instalado en Buenos Aires?
Estoy viviendo acá. Tengo unos proyectos para hacer en Estados Unidos con CNN el año que viene. Y sigo avanzando con lo de Internet (su portal Ducto). De acá a fin de año voy a estar en El Trece. Calculo que voy a estar yendo y viniendo. Según donde esté grabando.