Jim Yong Kim y su visión sobre Argentina luego de su visita al país

“Ésta es mi primera vez aquí. Yo crecí en el estado de Iowa, que es muy famoso por su carne, así que sabemos bastante sobre la Argentina y sus recursos naturales fantásticos. Debo decir que me impresionó la pasión de los argentinos por su país y por el futuro en un momento crítico como éste.” Así resumió Jim Yong Kim su visita a la Argentina, la primera que hace un titular del Banco Mundial en los últimos 25 años. Nació en Corea, vivió en Estados Unidos y también en Perú; estudió medicina, es antropólogo social y una de las 100 personas más influyentes del mundo.

En una entrevista exclusiva con LA NACION definió como un acierto la política de “gradualismo”, valoró “la quita de subsidios” y anticipó que confía en que el país se convierta en un ejemplo regional.

-¿Por qué cree que es tan difícil movilizar grandes inversiones privadas?

-En este momento, si hablas con el inversor promedio de Europa o de Asia -dueños de capital que buscan retornos interesantes-, todavía ven a la Argentina como un lugar de riesgo porque no están seguros de que vaya a haber continuidad de las políticas que se están tomando ahora. Yo quiero felicitar a la Argentina: el liderazgo de Mauricio Macri fue importante porque debemos recordar que el Gobierno tiene minoría en el Congreso, así que las reformas que se realizaron hasta el momento las hizo la Argentina en su conjunto. Lo importante es seguir esas reformas para que los inversores vengan en 2018 y vean las posibilidades fantásticas que tiene la Argentina y entiendan que es un gran país para invertir. Podemos dar vuelta la situación.

-¿Qué es lo que miran hoy los inversores?

-Los inversores están buscando políticas macroeconómicas seguras y objetivos a los que el Presidente y el Congreso se comprometieron: asegurarse de que la inflación esté controlada, de que el déficit descienda y de que la política monetaria tenga sentido.

-¿La Argentina es un modelo a seguir en la región hoy?

-Absolutamente. Antes, yo protestaba contra el Banco Mundial porque creía que en algún punto de su historia, durante los 90, era demasiado ideológico y que el foco estaba puesto solamente en el crecimiento del PBI y no en las personas, la educación y la salud, que son los focos que la evidencia demuestra que están directamente relacionados con el crecimiento económico. Ahora, el Banco Mundial está muy comprometido en usar evidencia y no ideología. No somos un banco que propaga políticas neoliberales.

-¿A qué se refiere concretamente con evidencia?

-Hay evidencia que dice que la macroeconomía estable, el transporte y la energía son claves para el crecimiento económico e invertimos en eso. Hay mucha evidencia, también, de que invertir en las personas, en su educación y en programas de protección social está directamente conectado con el crecimiento económico. Queremos ayudar a la Argentina a ser resiliente, a responder mejor a las inundaciones, por ejemplo. En eso no hay un argumento ideológico.

-Hubo un gran debate en la Argentina entre gradualismo y shock. ¿Cuál cree que es mejor para el país?

-Creo que el Presidente y el Congreso tomaron una buena decisión porque el gradualismo es bueno para los líderes que no quieren que los pobres sufran mientras se realizan las reformas necesarias. Creo que es la actitud correcta, pero cabe recordar que no hay fórmula. Lo que aprendimos es que hay mucha evidencia de que las medidas y las reformas que se están tomando son las correctas. La Argentina tiene una historia de una democracia muy vibrante, por lo que no puede moverse tan rápido. Pero no hay que confundir ser gradual con frenar: si el proceso de reformas se detiene, habrá más incertidumbre entre los inversores, pero mientras continúe, creo que la Argentina estará en un buen lugar.

-Una de las medidas más difíciles que tomó el Gobierno fue el aumento de las tarifas…

-Analizamos los subsidios al combustible en todo el mundo y vimos que son regresivos. Es decir, que benefician más a los ricos que a los pobres. A todos los países les recomendamos lo mismo: que los quiten, pero que también protejan a los pobres, y eso es lo que Macri está haciendo y es lo correcto. Los subsidios al combustible logran que se utilicen más combustibles fósiles y necesitamos luchar contra el cambio climático de manera seria. Renovar es el camino a seguir. La gente que dice que los subsidios son importantes para la justicia social no está en lo cierto porque los beneficiarios son los que tienen grandes autos.

-¿Cuáles deberían ser las prioridades de las reformas?

-Primero, debería ser la estabilidad macroeconómica. Luego, creo que será importante -y esto también es una tarea para organizaciones como el Banco Mundial, aquí tenemos que asumir nuestra responsabilidad- atraer inversores a la Argentina.