Una parte cada vez más extendida de Italia vive días infernales con creciente pánico por una cadena de terremotos que culminaron hoy con un sismo de 6,5 en la escala Richter, el más intenso de los últimos 36 años en la región central, que no causó hasta ahora muertos (solo una veintena de heridos), porque miles de personas de áreas devastadas por otras dos recientes sacudidas telúricas, habían sido evacuadas.
En Roma, donde la semana pasada se sintió muy fuerte un terremoto en la cadena de los montes Apeninos, considerada la columna vertebral italiana con un altísimo riesgo de zarpazos sísmicos sufridos a lo largo de la historia, hoy se vivieron horas de miedo y hasta terror porque la sacudida fue no solo fuerte sino prolongada.
Miles de romanos se refugiaron en los dinteles de las puertas y salieron después corriendo a las calles. La Ciudad Eterna de cuatro millones de habitantes hace siglos que no registra un terremoto mayúsculo, pero en los últimos meses las descargas de energía telúrica en los Apeninos ha creado un ambiente de creciente inseguridad.
El centro del terremoto se produjo cerca de la ciudad de Norcia, a diez kilómetros de profundidad que aguantó gracias a sus casas antisísmicas en 2009 el sismo de L’Aquila (300 muertos), el 24 de agosto pasado el sacudón que devastó Amatrice, con otros 297 fallecidos, y el de la semana pasada, en el que no hubo muertos porque los habitantes de una amplia zona en la que se registraron devastaciones, habían sido evacuados.
Mientras en Roma, situada a solo 136 kilómetros de Norcia, muchos habitantes se dirigían a rezar a las iglesias y a las históricas basílicas pontificias pidiendo piedad al Altísimo, se vio por televisión que se había derrumbado la bella basílica de San Benito, del siglo XIV, del siglo XIV, que estaba dedicada al fundador de los benedictinos, nacido en Norcia.
Una docena de viejas monjas fueron rápidamente evacuadas del famoso convento benedictino y llevadas a la plaza central.
En los últimos terremotos se han perdido verdaderas joyas de la arquitectura religiosa e histórica italiana. Basílicas, iglesias y conventos.
En Roma se temió por la incolumnidad de una de las basílicas pontificias, San Pablo Extramuros, donde se encuentran los restos del santo, porque los bomberos descubrieron grietas en la zona alta de las columnas externas que obligaron a cerrarla temporalmente.
También en el Vaticano los bomberos italianos y de la Santa Sede revisaron la basílica de San Pedro, el Palacio Apostólico y otros edificios. Se comprobó que todo estaba en orden, incluso la Casa de Santa Marta donde aloja el Papa Francisco.
Jorge Bergoglio, durante el Angelus dijo que se sentía “cercano” a los sufrimientos de las poblaciones afectadas, aseguró que rezaba por ellas y agradeció el empeño de miles de voluntarios y agentes del orden público. Tras el terremoto del 24 de agosto, el Papa Francisco visitó Amatrice y otros pueblos devastados por el sismo de aquel día y consoló a los parientes de lo 300 muertos y de los mil quinientos heridos.
En Roma, dos líneas de subterráneo fueron paralizadas durante algunas horas mientras se verificaba el estado de los túneles y de las estaciones, debido a las roturas de materiales causadas por la onda sismica que llegó desde la zona del terremoto.
Varias rutas de la Italia central quedaron cortadas al caer grandes piedras por los derrumbes que causó la potencia del sismo.
También Florencia y Nápoles fueron afectadas por las ondas sísmicas y unidades de bomberos junto con el sistema de protección civil debieron verificar por precaución los pedidos de socorro que muchos civiles hicieron por teléfono.
Varios alcaldes de los pueblos ya afectados por las ondas sísmicas, como Ussita, Preci, Visso y Castelsantangelo su Nera han recibido nuevos golpes mortales . “La gente está desesperada y agotada”, afirmó el alcalde de Amatrice. Los expertos son pesimistas y menos mal que se escucharon sus diagnósticos negativos, salvando así muchas vidas al evitar que miles de personas volvieran a sus casas. El experto polaco Torstein Dahlm, afirmó que “las réplicas (que suman millares) podrían prolongarse durante varios meses”.
Hay muchos municipios aislados en las zonas del terremoto de hoy y el gobierno promete que seguirá enviando todo lo necesario para socorrer a la gente que ha evacuado sus viviendas y sufre el creciente frío de estas zonas montañosas.
Cinco líneas ferroviarias en la Italia central han sido cortadas debidos a los daños infrastructurales.
Ha causado mucha impresión entre los 60 millones de italianos que el terremoto de hoy causó derrumbes en L’Aquila, capital de los Abruzos, a unos 90 kilómetros del epicentro de sísmico cerca de Norcia. L’Aquila está en fase de reconstrucción del sismo de 2009 que produjo 309 muertos, 1600 heridos y unas 80 mil personas que perdieron sus hogares.