Falta de aire, fatiga y retención de líquidos son solo algunos de los síntomas de la insuficienca cardíaca crónica (ICC). Todo sucede porque el corazón no puede bombear suficiente sangre al resto del cuerpo, por lo que el organismo se va debilitando de a poco hasta poner la vida en riesgo.
La ICC tiene tal grado de complejidad que puede ser controlada, pero no curada. La patología, además, es la primera causa de hospitalización en pacientes de más de 65 años y lleva a la muerte a alrededor de la mitad de los pacientes dentro de los 5 años de diagnosticada.
“Hoy, la mayoría de las personas con insuficiencia cardíaca tienen limitaciones pero no tan severas. La más grande es la falta de aire, esto acota lo que puede hacer, porque la persona se cansa”, explicó el Dr. Enrique Fairman, Jefe de Insuficiencia Cardíaca y Coordinador de Unidad Coronaria de las Clínicas Bazterrica y Santa Isabel
El diagnóstico de la insuficiencia cardíaca se basa en un examen clínico que se complementa con estudios como el ecocardiograma, entre otros.
LA IC PUEDE APARECER LENTAMENTE Y EMPEORAR CON EL TIEMPO, IMPACTANDO SIGNIFICATIVAMENTE LA CALIDAD DE VIDA.
Por su parte, el doctor Sergio Perrone, cardiólogo especializado en IC, agregó: “Lo más importante siempre es la prevención de las patologías por las cuales los pacientes llegan a la IC: hipertensión, diabetes, obesidad, sedentarismo, estrés y tabaquismo, entre otras”.
“El paciente con insuficiencia cardíaca no puede hacer grandes actividades, aunque en la rehabilitación se promueve la gimnasia como una forma de mejorar la calidad de vida”
Cómo abordarlo
Los especialistas aseguraron que la mejor forma de afrontar la patología es mediante un tratamiento integral, que incluya desde nutricionistas, kinesiólogos y clínicos hasta cardiólogos, nefrólogos y psicólogos.
“La insuficiencia cardíaca puede generar fallas en otros órganos. El tratamiento debe incluir un trabajo interdisciplinario de profesionales de la salud”.
Para evitar el desarrollo de la enfermedad es fundamental consultar al médico de manera periódica, como conocer si existen antecedentes familiares; se debe realizar actividad física, evitar el estrés y tener una dieta equilibrada, con escaso contenido de sal.
Finalmente, Fairman explicó que ya existen distinta farmacología para tratar el patología: “En la actualidad, se trata con Inhibidores de la Enzima Convertidora de Angiotensina (IECAs) o Antagonistas de los Receptores de la Angiotensina II (ARAII), que actúan generando vasodilatación y disminución de la presión arterial principalmente”.
Otros tratamientos utilizados para abordar esta enfermedad son los “Beta bloqueantes, diuréticos y Antagonistas de receptores de mineralocorticoide”.
Además, Fairman resaltó la importancia de una nueva droga, aprobada por ANMAT, que reemplazaría la IECA y la ARA: “Después de 15 años surge una droga que reduce la mortalidad de pacientes con insuficiencia cardíaca por encima de cualquier otra preexistente. La reducción de mortalidad que demostró sacubitrilo/valsartan es considerablemente mayor a la que tuvo en su momento el enalapril. El estudio Paradigm demostró además que el nuevo medicamento logra reducir la primera internación y las reinternaciones”.