Para vestir las mesas y presumir de decoración no hace falta gastar un dineral ni dedicar horas a las manualidades. Basta con tener un poco de imaginación y maña para marcar la diferencia y enamorar a los invitados.
11 inspiradores centros de mesa que podemos hacer sin despeinarnos
Decorar mesas es todo un arte en el que entran en juego muchos factores como la iluminación, la mantelería, la vajilla, los marcadores o las sillas, entre otros. Pero también los centros de mesa, entre los que los de flores son los más tradicionales que no los únicos. Existen muchos recursos con los que crear inspiradores centros de mesa que se pueden hacer (unos más que otros) sin despeinarse. ¿Vemos unos cuantos?
1. Copas y ramas
El esfuerzo de este centro de mesa es inexistente y el coste casi que también. Solo se necesitan unas copas de cava y unas ramas de abeto o cualquier otra planta (el romero funcionaría muy bien) para dar un toque de elegancia a la mesa. Alternarlas con velas es una opción muy acertada.
2. Globos multicolor
Qué bonito queda colocar una gran cantidad de globos de colores vibrantes sobre un mantel o mesa blanca. Cómo resaltan y qué buena onda transmiten ¿verdad? Una buenísima idea para una fiesta infantil.
3. Más globos
La idea de los globos da mucho juego y, además de colocarlos como centro de mesa como en el ejemplo anterior, también se pueden inflar con helio para que se eleven en el aire y, atados con cordeles y sujetos con unos contrapesos, extiendan la decoración del centro de mesa a las alturas.
4. Hojas coloreadas
Unas sencillas hojas pintadas en colores pastel recorriendo la mesa de principio a fin proporcionan un efecto de lo más relajante. Aplicar la misma gama cromática a las servilletas y otros objetos, como velas o esferas, le aporta mucho estilo.
5. Frutas a tutiplén
Si la mesa con los globos multicolor nos parece toda una explosión de color, la de las frutas combinadas con alguna que otra flor nos deja sin palabras. El único problemilla que vemos es de dar salida a tal cantidad de fruta, aunque siempre se puede regalar a los invitados que se irán doblemente felices a sus casas.
6. Frutas, hojas y velas
Súper elegante y sencillo de montar. Este centro de mesa juega con la combinación de elementos y con sus colores, aportando mucho frescor a la mesa. A pesar de estar compuesto por tres elementos diferentes, no resulta pesado sino todo lo contrario. Es de lo más efímero y esta montado con un gusto exquisito.
7. Tarros y velas
Parece mentira lo lejos que se puede llegar con unos tarros de vídrio cuando se es capaz de decorarlos con gusto. Aquí hay algo de trabajo, no lo podemos negar, pero se puede simplificar según nuestra maña y recursos. Que sirva de base para nuestras propias versiones.
8. Velas, no más
Está claro que en la sencillez está el gusto, que menos es más o cualquier otro dicho que queramos aplicar. Una decoración sin pretensiones, con unas sencillas gasas que hacen la vez de manteles y unas bonitas velas de diversas alturas, que es maravillosa y nos ha enamorado. Punto.
9. Flores silvestres
Combinar diferentes tipos de flores, de distintos colores, dentro de contenedores de cristal (cada uno de su padre y de su madre) producirá un efecto de felicidad instantánea en nuestros invitados. Apuesto lo que sea a que nadie se resistirá a sonreir al ver esta mesa.
10. Tejidos y flores
Puede que este no sea el centro de mesa más fácil de montar ni el más económico, pero es merecedor de ocupar un lugar en nuestro recopilatorio. Es innegable que inspirador es, así que seguro que podemos adaptarlo a lo que tengamos en casa y conseguir efectos igualmente sorprendentes.
11. Una simple rama
Sencillo hasta decir basta, una simple rama pintada de nuestro color favorito (el rojo es un acierto total y va a juego con el ribete de las servilletas) puede convertir la más simple de las mesas en una obra de arte. Aquí está la prueba ¿no creéis?