Dentro del selecto grupo de selecciones que han sido campeonas del mundo se encuentra Inglaterra, que ha clasificado de forma directa al Mundial de Rusia 2018 y quedó emparejada en el Grupo G junto a Bélgica, Panamá y Túnez. Sin embargo, su presencia corre riesgo por un conflicto político entre Reino Unido y Rusia.
Boris Johnson, ministro de Relaciones Exteriores británico, advirtió que Inglaterra podría bajarse de la Copa del Mundo si se se comprueba que Rusia ordenó envenenar al espía Sergei Skripal, condenado por traicionar a colegas ante la inteligencia británica. Si se demuestra que Moscú está detrás de la misteriosa enfermedad que aqueja al ex agente doble ruso condenado por traicionar a decenas de espías ante la inteligencia británica, hay riesgo de que el equipo dirigido por Gareth Southgate no viaje a la cita mundialista.
Johnson identificó a Sergei Skripal, ex coronel del servicio de inteligencia militar ruso GRU, y su hija Yulia como las dos personas que fueron halladas inconscientes el domingo en un banco fuera de un centro comercial en el sur de Inglaterra.
Skripal, de 66 años, y su hija de 33 años fueron expuestos a lo que la policía calificó como una “sustancia desconocida” en la ciudad inglesa de Salisbury. Ambos están en estado crítico y en cuidados intensivos.
“No sabemos con exactitud qué ha ocurrido, pero si es tan malo como parece, es uno más en la letanía de crímenes que podemos dejar en la puerta de Rusia. Me temo que está claro que Rusia es ahora, en muchos aspectos, una fuerza maligna y disruptiva y Reino Unido está liderando en el mundo los intentos de contrarrestar esta actividad”, dijo Johnson en el Parlamento británico.
Skripal, que entregó la identidad de decenas de espías a la agencia de inteligencia extranjera MI6 británica, recibió asilo en Reino Unido tras ser intercambiado en 2010 por espías rusos capturados en Occidente como parte de un canje al estilo de la Guerra Fría en un aeropuerto en Viena.