Impresora en 3D hace casas de arcilla casi gratis

Las impresoras 3D son auténticas magas. Detrás está la tecnología, obviamente, pero verlas en acción es abrir una puerta a lo inimaginable. Sus avances no dejan de maravillar, y en esta ocasión no son una excepción. Muy al contrario, actúan como varitas mágicas movidas por una mano invisible.

En esta ocasión, lo mágico no solo es el resultado, sino también el precio, pues las casas tienen un coste casi cero, de apenas 48 dólares. La impresión requiere de una impresora enorme, de 12 metros de altura por 6 de ancho, que capa a capa construye casas completas de arcilla.

Para valorar su coste de producción solo hemos de sumar su consumo eléctrico, ya que consume solo 100 vatios, y el precio de la arcilla. Lógicamente, si se comercializara habría que añadir otros gastos de mano de obra y de amortización de la maquinaria, entre otros, pero también podría realizarse con fines solidarios o subvencionarse, en cuyo caso los gastos serían mínimos.

Solidaridad y ecología, de la mano

Casualmente, la iniciativa forma parte del World’s Advanced Saving Project (Proyecto de Ahorro Avanzado del mundo) y a la hora de construir intenta ahorrar costes aprovechando materiales ecológicos que mezcla con arcilla. La idea es aprovechar los restos aprovechables que haya en abundancia en el lugar donde se trabaja. Entre otros, la paja, el barro, restos de la poda de las plantas o tierra.

Impresora en 3D hace casas de arcilla casi gratisEl objetivo, por lo tanto, hoy por hoy es solidario, si bien podría tener un sinfín de aplicaciones en el futuro. Por su bajo coste y robustez, son casas idóneas para personas que no tienen un hogar ni posibilidad de adquirirlo. Se ha revelado como una solución estupenda en zonas marginales o en lugares que han sufrido catástrofes naturales.

Es decir, pueden construirse hogares de forma rápida en aquellas áreas castigadas por el embate de la naturaleza. Gracias a esta impresora, bautizada como Big Delta, construir hogares en serie es factible por su rapidez, accesibilidad a los materiales de construcción y eficiencia energética.

Vivienda asequible y sostenible

A ello hay que añadir su valor ecológico, aunque esto no deja de ser un plus que sin dejar de serles interesante, resulta secundario al lado del objetivo principal. Y es que su meta es realmente ambiciosa: para el año 2030 pretenden haber construido una vivienda a cerca de 4 millones de personas necesitadas.

Impresora 3D construye casas 2