Muchas empresas saben que la imagen sí importa, y aunque los empleados a veces lo ignoren, de la forma en que son percibidos también lo es la compañía para la cual laboran.
Es por ello que descuidar la imagen profesional puede traer graves pérdidas, señala el experto en management y comunicación organizacional, Nicolas Bonc.
De acuerdo con el especialista, el 80% de las personas se contratan por lo que saben, mientras que el 90% por lo que hacen, por lo que las más “empleables” son aquellas que tienen la oportunidad de elegir a dónde quieren ir a trabajar.
A continuación te contamos las razones más importantes para seguir construyendo tu imagen y evitar estas consecuencias:
1. Perder el empleo deseado por una mala imagen profesional
Pensemos: si el empleado más útil es también el más desaliñado al vestir, es seguro que nunca será ascendido, ni participará en una reunión vital de la empresa en la cual trabaja.
2.Pérdida de liderazgo
David Navarro, asesor de imagen, señala que si dicho empleado debe fungir como líder de otros compañeros de trabajo, difícilmente será tomado en serio, porque más que saber dirigir, debe inspirar. Si su aspecto no es congruente ni inspira a seguirlo, entonces pierde autoridad sobre la gente que tiene a cargo. El puesto no crea al líder, lo hacen la actitud y el compromiso.
3.Pérdida de credibilidad
Hay que ser congruente con el puesto que se ejerce y el objetivo que se busca en la empresa, sin caer en la mediocridad. Tan incongruente sería esperar a un mecánico que te atienda con esmoquin, como a un alto ejecutivo con una imagen descuidada.
4.Pérdida de oportunidades laborales y reconocimiento por parte de familia, amigos y colegas
Mucha gente a nuestro alrededor puede tenernos aprecio, pero poco a poco perderán la admiración por nosotros si nos estancamos en un estilo de vida gris, sin retos ni interés por demostrar que podemos mejorar personal y profesionalmente.