El Banco Central enfrenta hoy su Día D, porque tendrá por delante un vencimiento de Lebacs por $ 617 mil millones. El desafío no es menor: será la primera licitación desde que se inició la corrida cambiaria y, también, desde que comenzaron las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El vencimiento es clave porque, a diferencia del mercado secundario, donde el Central compra y vende Lebac a diario, esta oportunidad le abre la puerta al inversor de a pie, que hoy se encontrará con dos opciones: podrá renovar las letras en su poder o cambiarlas por pesos. Si hace lo segundo, se activa la posibilidad de que el dinero se vaya al dólar -y lo presione al alza- o a bonos en moneda extranjera.
El vencimiento original de Lebacs se ubicaba en $ 673.000 millones, pero la entidad que conduce Federico Sturzenegger hizo dos recompras, una por $ 24 mil millones y la otra por $ 32 mil millones, lo que redujo el monto a renovar.
Y si bien no se conoce de antemano la tasa, en el mercado esperan que, en el plazo a 30 días, se licite en torno al 42% ó 43%.
Mientras tanto, en su estrategia para domar al mercado, el Banco Central salió el lunes a la carga con una estrategia para imponerle un techo al dólar: puso a la venta US$ 5000 millones a 25 pesos cada uno. Esta medida tuvo dos objetivos. Por un lado, marcó la cancha para definir qué cotización busca para la moneda estadounidense. Por el otro, intentó, según los economistas, despertar la avaricia del mercado y garantizar la renovación de Lebacs.
“Si vendo dólares hoy a $ 25 y me coloco en Lebacs con tasas superiores al 40%, es como vender los dólares a 26 pesos dentro de un mes. Y es más atractivo si los compré a 23 pesos o menos”, explicó el economista Fausto Spotorno, director de la consultora Orlando Ferreres. Para explicarlo de otra manera, el especialista señaló que el Central busca “estimular la ambición” de los inversores.
Tras el accionar del lunes, el Banco Central logró que la moneda estadounidense cerrara en $25,51 para la venta y $24,46 para la compra.
En lo que refiere a la cotización, el economista Daniel Marx celebró la medida del BCRA. “Lo más importante es que hizo notar que quiere estabilizar el tipo de cambio en un determinado nivel, que no es el visto en los últimos meses. Así, hay un panorama para apostar el peso”, destacó en diálogo con TN Central y apoyó el argumento de Spotorno.
Mientras tanto, como marco de toda la situación, el mercado mira de reojo la negociación con el Fondo Monetario Internacional. En ese sentido, los economistas apuntan a que, una vez encaminado un acuerdo, la volatilidad del tipo de cambio y del Merval llegará a su fin. “Cuando se conozca que el monto del crédito será importante y que la negociación está yendo por buen camino, los mercados se anticiparán y frenarán el temor”, destacó el exsecretario de Finanzas, Miguel Kiguel.
En paralelo, las Lebacs sufrieron en estas semanas una seguidilla de desarmes de posiciones. Los fondos del exterior comenzaron a desprenderse de estos instrumentos el 25 de abril, un día antes de la entrada en vigencia del impuesto a la renta financiera que deben pagar los inversores del exterior posicionados en estas letras. Ese día, el Banco Central vendió US$ 1472 millones a unos $ 20,25 por unidad en el mercado mayorista. Suponía que, luego de esa salida masiva de fondos, el mercado cambiario se calmaría. Pero esa venta coincidió con el inicio de la salida de capitales que continúa hasta hoy.
Esto provocó que los inversores minoristas, ante semejante fiebre por el dólar, se volcaran por fondos de inversiones dolarizados o, directamente, por la moneda estadounidense. De esta forma, se sumó presión al tipo de cambio.