Pilar, la mamá de Delfina, publicó ayer una carta de agradecimiento al motociclista o anónimo que la guió en una autopista en contramano para que pudiera llegar a tiempo al hospital con su hija que estaba convulsionando. A la noche lo encontró y ambos lloraron al conversar sobre lo sucedido.
“Él me dijo que todos hubieran hecho lo mismo en su lugar y yo le dije que no, que otras veces me encontré en situaciones similares y aunque la gente ve mi cara de desesperación y las balizas, no hace nada”, contó Pilar, horas después de ponerle nombre y voz al “ángel” que estaba buscando.
El motociclista se llama Hugo y vive en El Encuentro, el mismo barrio que Pilar, en Pacheco. El miércoles le abrió camino en contramano con su moto por el corredor Bancalari de Zona Norte, para que Pilar, su hija y una enfermera, en su auto, pudieran llegar al sanatorio y salvar a su hija, de 7 años, en una situación límite.
La niña, que tiene una enfermedad genética llamada Síndrome de Wolf-Hirschhorn, había empezado con convulsiones luego de que se le acabara el oxígeno, por lo que sus padres debieron salir de urgencia hacia el hospital. “Fue algo muy inesperado, nunca nos había sucedido, ya que el tanque de oxígeno habitualmente avisa cuando se está descargando”, contó la madre.
“Yo sabía que cada minuto que pasaba era vital, porque podía causar daño cerebral. Delfi estaba poniéndose morada”, contó Pilar. Y entonces apareció Hugo con su moto. “Él vio mi cara de desesperación y pareció decir: «A esta mujer la saco de acá como sea»”, contó. Ella conducía el auto en el que se encontraba con su hija de siete años y la enfermera que la cuida permanentemente.
Luego de la carrera en contramano, se incorporó a Panamericana y perdió de vista a Hugo. Pero al rato él volvió a aparecer y siguió abriéndoles camino entre los autos. Al llegar a San Isidro, Pilar encaró con urgencia hacia el hospital y lo perdió de vista definitivamente.
No sabía su nombre, no tuvo oportunidad de agradecerle, así que escribió unas líneas que publicó en las redes sociales para intentar localizarlo y que le llegara su agradecimiento “a este hombre tan especial”, y hacerle saber sobre el estado de su hija porque “no hay mejor recompensa para este tipo de ángeles que hacerles saber que Delfina llegó al hospital y hoy está estable en terapia intermedia”, decía el mensaje.
Anoche, la esposa de Hugo vio la carta publicada en LA NACION y recordó la historia que le había contado su marido, de que había ayudado a una niña a llegar al hospital. Entonces, ella se contactó por Facebook con Pilar para pasarle el teléfono de Hugo. Y Pilar lo llamó.
“Hablamos mucho y terminamos llorando. Le dije: «No sos consciente de la magnitud de lo que hiciste, pero hoy quizás mi hija cumple años gracias a vos»”, contó ella, y agregó que quedaron en encontrarse con Hugo y Delfina cuando la niña se recupere.
“Creo que también la acción de Hugo es un ejemplo para todos, de que quizás, mirándonos más a la cara, entenderíamos lo que le pasa al otro y nos ayudaríamos más”, remarcó Pilar esta mañana, mientras se dirigía al hospital para celebrar el cumpleaños de su hija.