Humanizarlos pero sobre todo, humanizarlos para los niños, es una necesidad que parece que poco a poco nos vamos tomando más en serio.
Ganar a la enfermedad con la medicina sí pero también con la imaginación, como nueva arma secreta.
¿Cuántas veces habéis pasado un mal rato con vuestros hijos porque tenían que hacerles una prueba? Sí, vosotros lo habéis pasado mal pero obviamente él o ella, lo ha pasado bastante peor.
Cada vez son más los centros hospitalarios que decoran y adaptan sus zonas infantiles con colores y dibujos que son más amables para sus pacientes, para los niños que tienen que pasar más o menos tiempo en el hospital.
Ya os hablamos de cómo en Argentina y gracias a una ley, empieza a haber payasos además de médicos para tratar a los pacientes más pequeños y más desubicados, los que se sienten más vulnerables y no saben cómo expresarlo.
Bueno pues también ha sido en Argentina donde han decidido que las resonancias magnéticas para los niños se hacen nada menos que en una nave espacial, no sabemos si es “El Halcón Milenario” o la “U.S.S.Enterprise” pero está claro que para los niños que la usen, la prueba que a muchos habitualmente asusta y angustia, se transforma en un viaje intergaláctico que podrán contar a sus amigos cuando vuelvan al cole y dejen el hospital.
No es fácil pero seguro que tampoco es tan complicado y la intención es que se baje el número de anestesias que se aplican a los niños. Ya veis que no se trata simplemente de “disfrazar” a la máquina, sino de crear un “cuento” en el que entra el pequeño paciente con la cara llena de sorpresa y olvidándose por un instante de que está en un hospital.
De médicos superhéroes
Muchos de ellos lo son, eso es innegable pero hay algunos como Sergio que se lo toma al pie de la letra y consigue que sus pacientes confíen en él al cien por cien¿quién no confiaría en Thor si este fuera su médico?
Sergio Gallegos es médico oncólogo en el Hospital General de Guadalajara en México y recibe a sus pacientes desde el año 2007 con unos “uniformes” muy peculiares. La bata blanca no es para Sergio, él unos días se viste de Santa Claus, otros de Batman, de Spiderman o del Capitán América.
El director del centro está completamente a favor de esta iniciativa de Sergio, de que luche contra la enfermedad con todos los medios a su alcance, desde la medicina a la magia que le aportan los disfraces que utiliza.
Pequeños gestos, pequeños cambiosy muchas ganas de hacer más humano algo que nos hace sentir tan vulnerables como es la enfermedad, como es ponernos en manos de un desconocido y confiar en que sabe lo que hay que hacer para curarnos. Si ya nos cuesta a los adultos ¿os imagináis como deben sentirse los niños? Estos médicos sí se lo han imaginado y han tomado medidas para cambiarlo.