El fútbol, como ya adelantó Toda Pasión, no vuelve en febrero. Por lo menos habrá que esperar hasta el primer fin de semana de marzo, aunque dependerá de que la Asamblea extraordinaria de AFA apruebe la rescisión del contrato del Fútbol para Todos y el nuevo estatuto que confeccionó la FIFA. Esa es la condición que puso el Gobierno para pagar los 530 millones de pesos de resarcimiento por el final anticipado del FPT. Sin esa plata, no hay fútbol.
“A Sarmiento no le agrava la situación que haya o no fútbol en febrero, lo que yo reclamo es la deuda porque sin esa plata no puedo volver a competir. Más allá del nuevo contrato de TV nos tienen que pagar lo que nos deben para poder jugar en marzo”, sentenció Chiófalo.
Sarmiento, obviamente, solo es una buena muestra de lo que está sucediendo. Pero no la única. Gimnasia de La Plata entraría en convocatoria de acreedores en breve para poder ordenar y pagar las deudas. Y entre esos rojos está el dinero aportado por socios y directivos actuales para poder pagarle al plantel profesional.
“Sí, pusimos dinero de nuestro bolsillo y de socios del club. Ese dinero también va a la cola de cobro de todos los acreedores”, confirmó Gabriel Pellegrino, nuevo presidente del club platense. También dio su veredicto: “Sin la plata de la TV, no hay billetera que aguante. Gimnasia hoy está abierto por el aporte de sus socios. Estamos en cesación de pagos desde diciembre”.
Una de las claves para hacer sustentables a los clubes es la venta de futbolistas al exterior, uno o dos por año. Los millones de dólares multiplicados por 16 pesos son oro puro para economías destruídas. Pero pocos vendieron en este mercado de pases: Lanús (Gustavo Gómez en 8 millones de dólares), Estudiantes (Carlos Auzqui en 2,7 millones de dólares y González Pirez en 2 millones de dólares) y Boca (Carlos Tevez 11 millones de dólares), San Lorenzo (Blanco en 5 millones de dólares y Cauteruccio en 2 millones de dólares), Rosario Central (Montoya en 4.5 millones de euros), Racing (Romero por 9 millones de dólares).
Pese a que Lanús es un club vendedor y con buenos ingresos en los últimos años, el presidente Nicolás Russo también le reconoció la crisis a Toda Pasión: “No tenemos ingresos para afrontar los gastos. Estamos mal como todos los clubes, pero jugar no soluciona nada porque los partidos de local dan pérdida, salvo que vuelva el público visitante. Todo pasa por la plata de la TV”.
En el ascenso, la situación es dramática
Si los clubes de Primera están muy cerca de tocar fondo, en el ascenso ya saben muy bien lo que es el fondo. Están de rodillas y sin encontrar respuestas. “La situación es muy preocupante. A las 10 de la mañana ya tengo 40 mensajes de empleados y jugadores que necesitan cobrar pero no tenemos plata para pagar”, fue la respuesta de Fabián Aguirre, presidente de All Boys, club de la B Nacional, la segunda división del fútbol argentino.Aguirre admitió: “Si nos hubiesen pagado estos cinco meses que nos deben, estaríamos al día. Nuestro mayor ingreso es la plata de la televisión y sin eso no podemos hacer nada. Si esta gente quería fundir a los clubes lo están logrando”.
“Que no haya fúbol en febrero agrava la situación porque los socios no pagan la cuota y los sponsor tampoco pagan”, explicó Aguirre, aunque aclaró: “Cuando se juega de local también se pierde plata por los costos son altos”. Por cada partido de local, el Albo pierde 120 mil pesos en promedio.Como All Boys están casi todos los clubes del ascenso, por eso la mesa de dirigentes de cada categoría decidió postergar el inicio de todos los campeonatos, desde la B Nacional hasta la D. Así están los clubes argentinos en febrero del 2017: sin fútbol y sin un mango. Esperan que el Gobierno deposite los 530 millones de pesos de resarcimiento por el FPT para empezar a pagar algo de todo lo que deben.
El después y lo que viene será otra historia. Hoy, están de rodillas.