Las hamacas son un clásico de nuestras vidas desde bien chicos, cuando nuestras madres, abuelas, tíos o hermanos nos columpiaban en el jardín o la plaza más cercana. Sin embargo, probablemente muy pocos de ellos estarían de acuerdo en hamacarnos en alguna de las siguientes…
Ecuador
Cerca, en Cuenca, se puede lograr una gran panorámica de la ciudad desde la hamaca del mirador de Turi, una parroquia de Azuay ubicada a unos cuatro kilómetros de la ciudad. Un “balcón” para admiradores de la naturaleza, amantes y religiosos, pero también para de la adrenalina: “Aventuri” se llama el lugar con “ese columpio gigante para que se diviertan”, como dice Miguel Toledo, uno de los hermanos creadores de este entretenimiento.
Estados Unidos
Es algo así como una hamaca sofisticada, pero que al fin y al cabo se balancea al borde de un enorme abismo. El Giant Canyon Swing se ubica en el borde de un cañón a 400 metros sobre el río Colorado, en el Glenwood Caverns Adventure Park, ciudad de Glenwood Springs. Es un brazo metálico en la cima de una colina casi vertical que mueve hasta a cuatro pasajeros en un ángulo de 112 grados alcanzando una velocidad de casi 80 kilómetros por hora. Hacia un lado se eleva sobre la ladera, pero al otro, se asoma a gran velocidad al abismo y queda allí suspendido eternas centésimas de segundo´, hasta que vuelve a descender. Se dice que su creador, Steve Beckley, lo probó antes de su inauguración, en 2011, y sintió tanto miedo que nunca más subió.
China
Italia