La ilusión de que podamos levantar una copa de una vez por todas era el mismo sentimiento para todos. Jugadores, cuerpo técnico, hinchas, fanáticos, etc. Veníamos de ganar todos los partidos, salvo el primero, por goleada. El plantel repetía una y otra vez “esta no se nos puede escapar”… y se nos escapó.
Una vez mas vemos como otros levantan la copa. Otra vez la medalla del segundo colgando en nuestro cuello. La tercera en dos años, esta tercera que fue la excepción a la regla y “no fue la vencida”. El llanto en la cara de algunos jugadores, y en el rostro de otros la expresión de no poder creer lo que nos volvió a pasar. Mas de uno se debe estar preguntando, ¿para cuándo entonces? y la respuesta nadie la tiene.
La ilusión con la que comenzamos este campeonato, se esfumó en un abrir y cerrar de ojos. Seguramente mas de uno buscará culpables, y otros tantos querrán analizar por qué pasó lo que pasó. Ya habrá tiempo de pensar todo eso. Ahora resta olvidar el dolor de otra final perdida y alimentar la esperanza de tener una nueva oportunidad.
Hoy la selección perdió por penales. No tuvo su mejor partido ni tampoco puntería, que en este tipo de encuentros es fundamental.
Quizá haya que pensar un poco mas en lo psicológico, es una alternativa. Lo que si estoy seguro, es que habrá que aprender no solo a jugar finales, sino también a ganarlas.
La próxima chance, será en Rusia en 2019… habrá que esperar.
Por: Nicolás Romero
