En Villa Sarita se viven horas de nerviosismo, ansiedad, pero sobre todo, de ilusión. Es que el equipo cumplió con la primera parte de la planificación, primera parte en la que había que ganar, y se ganó. Con lo justo, pero fue victoria al fin.
Un triunfo que significa mucho para los hinchas, pero que los propios jugadores saben que no es suficiente, porque en el fútbol cualquier cosa puede pasar y todavía queda una parada muy difícil en este camino, y esa parada es Tucumán.
Un equipo con experiencia, con un entrenador como Diego Cagna, que sabe que debe ganar o ganar, y que además cuenta con el aliento de su hinchada.
Guaraní tendrá que mostrar personalidad y carácter para lograr mantener la diferencia, que le permita acceder a la siguiente ronda. Será difícil, pero no imposible.
El domingo a las 16 hs, la franja tendrá 90 minutos para demostrar que está para mas, que quiere seguir con el sueño de volver a la B Nacional.
