“Cada vez me resultaba más claro que no importara lo que hiciera o a dónde fuera: para el resto de mi vida sería un Eagle”.
Glenn Frey, el líder de la mítica banda que murió el lunes a los 67 años, estaba justificadamente orgulloso de los logros de The Eagles.
Sus meticulosas armonías y su relajado sonido country-rock dominaron las ondas en los 70. Se estima que vendieron más de 150 millones de álbumes.
Don Henley, otro de los integrantes, consideraba a Frey “el pegamento” de la banda, una mente orientada a los negocios que llevó a la banda a su éxito comercial.
“Es un fan de los deportes y aplica principios de entrenador para dirigir la banda”, dijo el cantante. “Reconoce las fortalezas de la gente y consigue que hagan lo que mejor hacen”, agregó.
“El cénit de The Eagles”
Las ambiciones de Frey quedaron satisfechas con Hotel California, el quinto álbum de The Eagles. Fue editado en 1976, vendió 16 millones de copias en Estados Unidos y el doble en todo el mundo.
Aunque ya habían tenido éxito con los trabajos anteriores, Hotel California fue “el cénit de The Eagles”, dijo Frey en 1992. “Lo que teníamos que contar se juntó con nuestro aprendizaje para hacer discos”. El álbum selló la reputación de la banda y su propio destino.
La canción que dio nombre al disco sigue siendo la más famosa: una larga e intrincada balada de rock con un solo de guitarra considerado como el mejor de todos los tiempos.
Aunque habla de un hotel de lujo, es realmente una alegoría de la vida hedonista que los músicos disfrutaban en los años 70.
O al menos esa es la interpretación más popular, ya que se rumorea que también hablaba de la adicción a la heroína, del canibalismo y de la devoción al demonio (la portada del disco muestra supuestamente a Anton LaVey, líder de la Iglesia de Satán).
“Todo el mundo quiere saber de qué trata la canción y no lo sabemos”
“Todo el mundo quiere saber de qué trata la canción y no lo sabemos”, dijo con una sonrisa Frey durante una entrevista con la BBC hace ocho años.
Una década antes fue más claro al decir a la cadena estadounidense NBC que el grupo quería escribir “una canción que fuera como un episodio de (la serie) Twilight Zone” (La dimensión desconocida o La quinta dimensión).
La ambigüedad perfecta
“Todas nuestras canciones eran cinematográficas. Decidimos crear algo extraño, sólo para ver si podíamos hacerlo. Y entonces hubo muchas lecturas, muchas más de las que realmente existen. Creo que logramos la ambigüedad perfecta”.
El guitarrista Don Felder fue el que compuso gran parte de la música, incluyendo el famoso riff. Cuando por primera vez lo presentó a la banda, percibieron “una rara mezcla de influencias musicales” y el primer título tentativo fue Mexican Reggae.
La banda la grabó varias veces, en diferentes tonos, hasta que lograron la mejor versión. “En esa etapa, The Eagles estaba buscando la perfección”, dijo el productor Bill Szymczyk a la revista Sound on Sound.
Una vez que se construyó el tema, se necesitaron dos días para grabar los solos de guitarra de cierre.
Felder asumió que para esa parte improvisaría, pero Frey y Henley, quien también escribió las letras, tenían otras ideas: querían lo que habían escuchado en la demo. “El problema es que la demo era de un año antes. Ni siquiera recordaba lo que hice”, dijo Felder en una entrevista con Music Radar.
Símbolo de EE.UU.
El perfeccionismo dio resultados. Hotel California es la canción que más ha perdurado. En la radio de Reino Unido se escucha más de 200 veces al mes y ha sido versionada por artistas tan diversos como The Gipsy Kings, The Killers y Frank Ocean.
Cuando un avión espía de Estados Unidos hizo un aterrizaje de emergencia en China en 2001, la tripulación fue forzada a recitar las letras para probar su nacionalidad. Al parecer, los captores chinos consideraban que la canción simbolizaba a EE.UU.
El álbum, que también contiene los singles “New Kid In Town” y “Life In The Fast Lane”, “fue el mejor trabajo que hicimos juntos”, presumió Frey en 1992.
“Rebosábamos confianza. No teníamos miedo de buscar riesgos. Y teníamos un par de guitarristas muy prolíficos”.
El peso del éxito
El éxito conllevó críticas y sobre todo hizo difícil la vida después. La banda mostró una confusión creativa y se obsesionó durante tres años trabajando en el siguiente álbum, The Long Run.
“Dejó de ser divertido”, admitió Frey al diario británico The Independent. “Ya no confiábamos en los instintos de cada uno, por lo que había un desacuerdo continuo. Además, tanto Henley como yo teníamos problemas con las drogas, lo que no ayudó”.
“Ir al estudio era como ir a la escuela: simplemente no tenía ganas de ir. Pero lo más importante es que durante el proceso de hacer ‘The Long Run’, Henley y yo encontramos que las letras ya no nos llenaban”, agregó.
Tuvieron que pasar 14 años para poner a un lado las diferencias. Se juntaron para grabar el álbum recopilatorio “Hell Freezes Over”.
“Cualquier relación que valga la pena sobrevive a los extremos”, dijo Frey en la primera de las muchas y lucrativas giras mundiales.