El calvario de Paula Martínez empezó el 10 de diciembre. Esa noche, fue al cumpleaños de su vecina y amiga de la infancia. Al rato, se empezó a sentir mal: le habían dado una bebida con alguna droga. Decidió irse de la fiesta con un amigo. Al llegar a la esquina, el chico la subió a una camioneta donde había otros cuatro hombres. A las cinco cuadras, la bajaron y metieron en una casa. Abusaron sexualmente de ella durante tres horas.
La chica de 19 años recuerda haberle dicho al joven con el que se había ido: “Yo vine con vos”. La única respuesta que consiguió fue: “Qué vas a hacer si ya estás adentro”. Así empezó el ataque por el cual Paula está hoy bajo tratamiento psiquiátrico, se intentó suicidar 10 veces y perdió su trabajo. Vive encerrada en su casa de la calle San Rafael, en Florencio Varela, y se la pasa llamando al 911 porque no deja de recibir amenazas de sus agresores, que viven a metros de donde vive ella.
La denuncia la hizo recién a las 72 horas, pero su mamá, Sandra Zapata, contó al diario Crónica que nunca le hicieron los hisopados ni tampoco la revisó una ginecóloga. Aunque pudo identificar a los que la atacaron, todos siguen libres y se negaron a declarar.
Paula tiene ahora un botón antipánico, pero no deja de sentirse en riesgo: “Pasan por el frente de mi casa como si nada, me siguen, me dicen que me van a matar si sigo adelante con la denuncia”.