Una duda muy frecuente de las mamás primerizas es, ¿cada cuanto tiempo tengo que bañar a mi bebé? Si bien lo que suele decirse es que los baños relajan y ayudan a dormir, además de favorecer el contacto piel a piel, todo depende de los meses del bebé.
La Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) es muy contundente al respecto, los bebés no necesitan bañarse diariamente, y menos cuando son recién nacidos, porque tienen la piel ultra sensible. ¡Una tarea menos en esos primeros meses tan estresantes!
Los baños causan alteraciones en la piel y la temperatura del bebé -por eso no son recomendados a diario-, pero traen muchos beneficios asociados al placer que sienten. Un estudio de Bryanton del 2004 justifica una mayor frecuencia del baño pasado el primer mes, y sobre todo, a partir de los 2 o 3 meses de edad, observando estos últimos beneficios.
Esto empieza a cambiar cuando el bebé camina solo, se ensucia, toca cosas, está empezando a comer y juega con los alimentos, en definitiva, cuando tiene más independencia. Aún así, el contacto con los gérmenes es lo que permite la inmunización, ¡no nos volvamos tan neuróticas!
Beneficios del baño
✓ La piel de los lactantes tiene contacto directo con el sistema nervioso central, por lo que son muy importantes las caricias, los masajes y la estimulación.
✓ Es un momento que construye un lazo de confianza entre el cuidador y el bebé, por eso es recomendable hacerlo con delicadeza, paciencia y muchísimo amor.
✓ Es esencial crear un ambiente tranquilo y relajado, hablarle y sostenerlo con confianza.
✓ Hasta los 6 meses se recomienda bañarlo en las bañeras para bebés, donde se sienten más contenidos.
✓ La temperatura del agua debe estar a 36.5 a 37 º C.
✓ Se debe sumergir al bebé hasta el cuello.
✓ Usar poco jabón y especial, la piel es muy sensible y el ph varía fácilmente.
✓ Duración recomendada: de 5 a 10 minutos.
✓ No hay que descuidarse ni un segundo, mantener la atención ahí. Si son dos personas para bañarlo, sobre todo al principio, mejor.
✓ La mejor hora es la tarde y noche, para facilitar la relajación y el sueño.
✓ Secarlo rápido, sin fricción, para evitar el enfriamiento. Usar toallas suaves o de gasa.
✓ Si estás apurada, mejor no. La situación debe ser sin prisa, disfrutable y placentera para todos.
* Asesoramiento: Guía de cuidados de la piel del recién nacido y el bebé