Sin asimilar del todo aún el escalofriante atentado que anoche dejó al menos 80 muertos en Niza, el presidente francés, François Hollande, llegó esta mañana a esa ciudad del sur del país.
Antes, el mandatario presidió una reunión del consejo de seguridad y defensa con la cúpula de su gobierno y los jefes de las principales fuerzas policiales y los servicios secretos.
Este “consejo restringido” tenía como primer objetivo hacer un balance de la situación del ataque, que durante la madrugada ya había calificado de “terrorista”, consignó un vocero del gobierno francés.
En ese tipo de reuniones se suelen decidir los ataques aéreos de las fuerzas francesas basadas en Medio Oriente que operan contra los movimientos jihadistas en Siria e Irak. La organización de ese cónclave prefigura la posibilidad de un ataque de represalia, aunque aún se desconoce a ciencia cierta qué organización estuvo detrás del ataque de anoche provocado por un camión.
Tras la reunión, Hollande viajó a Niza, ubicada a 690 kilómetros de París. El trágico ataque, el tercero que sufre Francia en menos de dos años, se produjo en el Paseo de los Ingleses, la extensa rambla que bordea el Mediterráneo, en la zona más turística de la ciudad.
En las últimas horas, el primer ministro francés, Manuel Valls, calificó de “acto terrorista” el ataque a Niza y dijo que Francia está en situación de “guerra”. “Este es un gran país y una gran democracia que no se dejará desestabilizar”, aseguró en una breve declaración pública.