El hombre le confesó a los médicos que él mismo se clavó las dos flechas en una hora. Mientras le sacaron los elementos de su pecho, se quejaba por los dolores “moderados”, si bien presentó dificultad para respirar.
La tomografía mostró que una de las flechas penetró el ventrículo izquierdo y en válvula mitral y le alcanzó la aurícula izquierda. El segundo penetró en la aorta abdominal. Esto es algo que normalmente puede ser mortal, por lo que los doctores lo catalogaron como un milagro.