El 6 de diciembre de 2017 Finlandia cumplirá cien años como Estado independiente desde su separación de la Unión Soviética. Los países no se hacen regalos por sus cumpleaños, pero para la ocasión, su vecina Noruega estudia hacerle un regalo muy especial.
El gobierno noruego, según un amplio reportaje del diario “The Guardian”, está sopesando la oportunidad de mover 40 metros hacia el oeste un pequeño tramo de su frontera con Finlandia. En esa región, ya en el Círculo Polar Ártico, está el monte Halti, cuya principal característica es que tiene dos picos.
Trasladar la frontera dejaría el pico Halditsohkka en territorio finlandés y lo convertiría, con sus 1.331 metros de altitud sobre el nivel del mar, en la mayor elevación de Finlandia. La primera ministra Erna Solberg explicó a la cadena televisiva NRK que “hay algunos problemas formales y todavía no he tomado mi decisión final, pero estamos estudiándolo”.
Uno de esos problemas podría ser la Constitución noruega, que en su artículo primero asegura que el país es “libre, independiente, indivisible e inalienable”, aunque los legisladores estarían estudiando una interpretación jurídica que asegura que se pueden hacer movimientos menores por cambios físicos, como el desvío de un río.
La televisión pública noruega lo explicó así: “geofísicamente hablando, el Monte Halti tiene dos picos, uno finlandés y otro noruego. Lo que se propone es que Noruega entregue el pico finlandés a Finlandia, porque ahora mismo está en Noruega”.
La idea surgió de un geofísico noruego ya jubilado, Bjorn Geirr Harsson, que escribió hace un año al Ministerio de Exteriores noruego pidiendo que estudiaran el regalo, de “apenas 0,015 kilómetros cuadrados”, porque la frontera actual –trazada en 1750- “es geofísicamente ilógica” y “porque haría a Finlandia muy feliz”.