En una Escuela técnica del Brasil, una profesora preocupada el gran volumen de cáscaras de coco verdes que terminaban en las costas de Caragatatuba, pidió a sus alumnos trabajar en ideas para utilizar estas fibras de coco.
En Brasil el coco verde, es un producto que normalmente venden en la playas como forma de hidratarse, esto hace que numerosas cáscaras de este fruto terminen en las costas.
Los estudiantes Nubia Marques da Silva y Aline Faustino Soares lograron ver los deshechos de coco verde una materia prima que podía ser una solución a los vertidos de petróleo en el mar.
El proyecto competió con otros cientos de proyectos en distintas ferias regionales, y fue tomando forma y agregando investigación y desarrollo de la idea.
Los estudiantes realizaron una visita técnica al Puerto de San Sebastián. Allí se encontraron con la turba canadiense, un polvo utilizado para absorber el petróleo que los barcos vierten en los océanos. “Al verlo, me di cuenta de que el producto era muy similar a la fibra de coco”, dice Nubia.
El siguiente paso fue conseguir algo de aceite del que tiran los barcos para realizar las pruebas. En un tanque con agua de mar se colocaron tanto petróleo como fangos de hidrocarburos, una sustancia espesa que es la etapa de destilación anterior a la obtención de los combustibles. La fibra de coco lo absorbe todo sin problemas.
Plumas de pájaros.
Nubia y Aline probaron añadir plumas del pájaros a la fibra y lograron en la prueba diseñada por ellos, resultados superiores a la turba canadiense. Para asegurarse de que lo que veían en su laboratorio era cierto los estudiantes pidieron la ayuda de un profesor de la química, que envió muestras de agua para sus análisis en un laboratorio profesional. El resultado fue mejor de lo esperado de hecho, el agua estaba limpia.
Después de que la fibra de coco se junta con los restos de hidrocarburos, forma una biomasa que puede ser utilizada como un sustituto del carbón, por lo que se puede obtener beneficios económico de su vente para generar calor y energía.
El sueño.
El proyecto estudiantil se convirtió en el sueño de una empresa.En Brasil sólo se utiliza esta fibra canadiense y la opción de la fibra de coco se podría ofrecer por mucho menos y reutilizando un deshecho de un producto local. Ya son varias personas que creen en el potencial de esta idea, innovadora y sostenible, actualmente se encuentran documentando y patentando el sistema.