Los resultados de las pericias psicológicas y psiquiátricas de Fernando Farré (52) son lapidarias y contundentes: “Egocéntrico, frío, razonante y calculador. Personalidad narcisista, con rasgos psicopáticos y paranoides. No exterioriza angustia ni arrepentimiento”, resume uno de los puntos del informe que llevó 160 días de elaboración y que empujan al acusado a un juicio con condena perpetua.
Según declaró uno de los vigiladores que vio al detenido tras el asesinato de Claudia Schaefer (44), Farré no se mostró arrepentido ni angustiado y justificó el femicidio al decir: “Ella me dijo que era un pobre tipo”, contó. El crimen fue uno de los más crueles de 2015 y despertó la desprotección que padecen las mujeres víctimas de violencia de género.
El estudio aclaró que Farré es imputable ya que comprendió la criminalidad de sus actos y dirigió sus acciones cuando sacó los cuchillos de la cocina con los que la asesinó de 74 puñaladas. El premeditó el crimen al tomar los utensillos y esconderlos bajo una pila de ropa en el vestidor en el que finalmente atacó a la víctima.
“Los actos que antecedieron en lo inmediato guardaron lógica, dirección y objeto: quedar a solas, cerrar la puerta tras de sí, contar con los medios para el ataque. Las 74 puñaladas denotan intención y guardan una secuencia y finalidad”, arrojó el estudio que complica la situación del detenido.
Los principales puntos del dictamen son:
– No hubo emoción violenta, no tiene ninguna enfermedad mental.
– La conducta homicida respondió a una etapa reflexiva por parte del victimario.
– Hubo un ánimo preexistente de malestar, celos o resentimiento. Culminó en la descarga motora delictiva.
– Tiene un insuficiente e inapropiado manejo de la agresividad que lo hace peligroso para sí y para terceros.
– Personalidad narcisista, con rasgos psicopáticos y paranoides, es egocéntrico, frío, razonante y calculador.
– No exterioriza angustia ni arrepentimiento.
– La pérdida laboral y la separación conyugal configuraron en Farré una herida narcisista que no hizo más que profundizar conductas agresivas de hostigamiento hacia la víctima.
– Farré interpretó la denuncia de violencia de la víctima, la exclusión del hogar y el retiro de sus pertenencias del domicilio conyugal como una vejación y provocación.
– Lo vivió como una emboscada y una revancha por parte de su esposa.