Para el Feng Shui, no es lo mismo una casa habitada por adultos mayores, que la vivienda de una pareja joven o el hogar de una familia con niños. Si bien todas las situaciones deben aspirar a ser energéticamente equilibradas, el logro de la armonía en cada una tiene sus particularidades.
En el caso de las casas con bebés, infantes o adolescentes, se prioriza unFeng Shui que acompañe el crecimiento de los niños brindándoles espacios seguros y saludables, que estimulen un desarrollo vital en todas las áreas: afectiva, social, intelectual, física y espiritual.
Regulando la energía
Los chicos tienen, desde su hora cero de vida, muchísima energía que irán desplegando a medida que interactúen con el medio, aprendiendo cada día nuevas habilidades y conocimientos. Es sumamente importante que el hogar los haga sentir contenidos para que puedan desarrollar una autoestima positiva que los anime a explorar, a aprender de los errores, a confiar en sí mismos y en los demás.
El orden y la higiene de su hábitat son aspectos importantes por varios motivos: hacen a la seguridad del lugar, ayudan desarrollar hábitos saludables, permiten organizar los pensamientos y establecer roles familiares claros.
A su vez, nuestros hijos necesitan viviendas que los estimulen a sercreativos, curiosos, sociables, alegres y afectuosos. Para lo cual, por momentos y sectores, tendrán que desordenar y ensuciar. Por eso, en una vivienda con niños hay que encontrar permanentemente un equilibrio entre los límites y las libertades, brindando ambientes versátiles que les permitan crecer y madurar con armonía. Veamos algunos consejos que te van a ayudar a regular la energía del hogar:
En el living
La sala de estar es el corazón de una casa. Desde allí se activan áreas vitales para las personas. Dentro del living, el sector correspondiente a los hijos es el Oeste. Bien configurado, este lugar facilita la comunicación con elinconsciente, la creatividad, la descendencia y todo lo relacionado a trascender. Activa la maternidad/paternidad, promoviendo la llegada de los hijos y su crecimiento saludable.
Para armonizar este espacio y ayudar con todo lo relativo a los hijos, es necesario que haya orden, calidez, luminosidad, limpieza y se aparten los objetos y muebles que actúen como límites y obstáculos simbólicos. La introducción en el Oeste de objetos relativos al trabajo y al dinero (computadoras, papeles de la oficina, monedas chinas, etc.), o al amor de pareja (fotografías de la pareja, flores rojas, cuarzos rosados, etc.) desvía hacia otras áreas la energía que debería destinarse a los hijos.
La energía activadora del Oeste es la del elemento metal, que es nutrido por la tierra y deteriorado por las energías agua, fuego y madera. Por lo tanto, para este sector se aconsejan: jarrones y adornos de cerámica, cristales de roca, móviles de amatista, los colores amarillo, marrón, ocre, mostaza, blanco, gris perla o metalizado, campanas de metal, la imagen de la diosa china de la misericordia Kuan Yin, instrumentos musicales, fotografías alegres de los hijos. En cambio, deben evitarse: recipientes con agua, móviles de vidrio, cuadros con imágenes de agua (el agua oxida el metal); velas, color rojo, imágenes del sol (el fuego desgasta al metal); plantas y muebles de madera (la energía madera debilita el metal).
En los dormitorios
La habitación es para nuestros hijos su universo privado, el lugar donde confluyen sus emociones, sus inquietudes, secretos y fantasías. En este lugar deben sentirse a gusto, seguros, protegidos. Muchos trastornos de conducta, conflictos vinculares o problemas de salud pueden verse reflejados en el dormitoro de los chicos.
Al limpiar y equilibrar la energía de la habitación podemos ayudarlos amejorar sus horas de descanso, su capacidad de concentración, su iniciativa, su salud y sus emociones en general. El Feng Shui recomienda que los dormitorios estén separados de las áreas de juego o de estudio. Si esto no fuera posible, entonces hay que recrear una organización virtual con colores, muebles o receptáculos, para que puedan guardarse los juguetes o los elementos de estudio al terminar de utilizarlos. Si el ambiente es muy pequeño, los muebles deben ser de dimensiones tales que no entorpezcan el paso ni la circulación de la energía. Y habrá que quitar de la vista de los niños juguetes de acción o tareas pendientes antes de ir a dormir.
Una buena opción es el uso de muebles en módulos que se pueden ir reorganizando de acuerdo a las necesidades cambiantes del espacio y resultan prácticos para recuperar el orden diario. Siempre es mejor elegir mobiliario de bordes redondeados y evitar las estructuras con puntas amenazantes que emiten energía agresiva y pueden ocasionar accidentes durante el juego.
La cama
La cama de nuestros hijos debe ser sólida, con buen respaldo para transmitirles seguridad. Nunca debe quedar con los pies enfrentados a la puerta de entrada ni lindante a paredes que del otro lado tengan fuentes de calor (hornos, estufas) o cañerías y desagües, porque esto podría causar a la larga problemas de salud.
El hábito de dejar objetos debajo, como zapatos, juguetes o libros corrompe la circulación del Chi, genera desorden y suciedad. Además simboliza que todo aquello que dejamos en el piso bajo la cama, por ejemplo, cuadernos que representan el conocimiento, no tiene valor.
Tampoco hay que colocar estantes ni objetos pesados arriba, esto es para evitar accidentes y la sensación de opresión. Los libros ubicados así comunican el pensamiento inconciente de que el conocimiento abruma.
El uso de camas cucheta a veces es una alternativa por la falta de espacio. Sin embargo, esta distribución puede provocar un estancamiento de la energía de crecimiento para el niño o adolescente que duerme abajo. En este caso, habrá que disponerlas de manera perpendicular y no paralelas entre sí.
Las camas compactas son muebles funcionales que poseen cajones e incluso una cama extra y son aceptados por el Feng Shui, ya que permiten aumentar el espacio de guardado y disponer de más lugar para recibir amigos o jugar.
La biblioteca
Los estantes de las bibliotecas abiertas se asemejan a cuchillos que emiten Sha Chi o “aliento de la muerte”. Hay que anular este efecto colocándole puertas o alineando hasta el borde todos los libros. Es muy posible que el efecto de los estantes abiertos no se sienta de inmediato pero su mala influencia trae con el tiempo problemas de salud.
Las paredes
El ambiente debe brindar una atmósfera alegre y a la vez tranquila que favorezca el descanso. Los colores beige o pasteles para las paredes son ideales. Mientras que los aportes de colores más vivos pueden dosificarse en los objetos y accesorios.
Las imágenes hostiles, tristes o desestabilizantes deben quitarse del dormitorio de los chicos. Hay que omitir el uso decorativo de armas o imágenes de espadas, incluso las de dibujos animados. Una buena idea es decorar el cuarto con reproducciones pictóricas de retratos de ídolos. Se trata de una manera de despertar en los más jóvenes el interés por el arte. También los atrapadores de sueño y los móviles coloridos son aportes de energía positiva.
Los objetos
Para evitar la acumulación y el estancamiento del Chi es importante renovar los adornos y entretenimientos según los cambiantes intereses de los niños, reemplazando los que ya no usan por nuevos. La ambientación debe evolucionar con las etapas de crecimiento de los chicos, para no estancarlos ni crear problemas de inmadurez.
Los peluches y muñecas arriba de la cuna o cama acumulan polvo y ácaros, fomentan problemas de alergia. Las habitaciones deben ventilarse, dejando que el sol entre para limpiar la atmósfera y evitar humedades patógenas. Los excesos de luz solar se regulan con cortinas, que protegerán también de la energía Yin de la noche al caer el sol.
Destrabando los conflictos energéticamente
Cuando existen alteraciones de la conducta, el Feng Shui es una herramienta que puede colaborar en el reencausamiento conflictos. Por ejemplo, los niños o adolescentes con dificultades para estudiar, que se distraen con facilidad, nunca deben tener el escritorio enfrentado a ventanas sin cortinas o muy grandes, ni de espaldas a la puerta o a ventanas sin cortina. Lo ideal es que el escritorio quede de costado a una ventana y que tenga un buen respaldo de contención (una pared detrás). Tampoco debe estar situado en el medio de flujos energéticos, que se forman entre puertas y ventanas enfrentadas. El área de estudio debe situarse en un sector o ambiente separado al de entretenimiento y descanso. Hay que disponer de organizadores para guardar todo lo relativo a los estudios una vez terminada la tarea.
Segín la predisposición del carácter de tu hijo, recomendamos:
Exigidos: Si un niño se siente muy exigido, como por ejemplo presionado para cumplir con altas expectativas de los padres o adultos, se aconseja quitar todos los elementos decorativos o mobiliario situados sobre la cabecera de la cama. Si el niño estudia o duerme debajo de vigas o estanterías hay que correrlo de lugar, necesita sentir aire libre.
Apátcos: Para aquellos que son apáticos o faltos de iniciativa es fundamental separar el área de estudio de la de descanso. Estos chicos pueden necesitar colores más vivaces en su habitación. Objetos móviles y con sonidos como un adorno del sistema solar, láminas de la naturaleza o mapas con alguna propuesta interactiva, una pizarra para dibujar. Estas opciones pueden activar su energía Yang en el área de estudio.
Solitarios: Si el niño es proclive a la soledad y a los estados melancólicos hay que incorporar siempre claridad en su entorno. Los colores amarillos y las imágenes soleadas son ideales para decorar su dormitorio. Los tonos verde brillante estimulan la creatividad, el crecimiento y la sociabilidad. Estos niños no deben dormir en el sector Oeste de la habitación, dirección por donde se oculta el sol y que transmite energía descendente solo conveniente en caso de niños hiperactivos.
Temerosos: Muchos pequeños sienten miedo en la cama o sienten temor de aventurarse en diferentes actividades deportivas o lúdicas. Es importante que no duerman de cara a la puerta de la habitación, y que tengan un buen respaldo en la cabecera. La cama debe ser de estructura sólida, que transmita seguridad. Una lámpara de sal que quede encendida a nivel del piso, no en la mesa de luz, ayudará a que se sientan reconfortados además de limpiar el ambiente de ionización nociva. Hay que controlar que no vean televisión hasta tarde, y que las imágenes de programas y películas no sean agresivas o tenebrosas. Usar colores claros y cálidos en su habitación, evitando el azul.
Hiperactivos: En caso de tener hijos hiperactivos, de esos que necesitan estar en movimiento y si no lo hacen protagonizan caprichos o rabietas, es recomendable incrementar la energía Yin de su entorno, para ayudarlos a serenarse y descansar bien. El color azul para la vestimenta, el celeste y el lavanda en su habitación, son colores apropiados que aportan una cuota de energía Yin.
Feng shui y alimentación
Si hay problemas con la alimentación se sugiere revisar la energía del lugar donde come el niño y los hábitos en torno a ella. Una casa en donde hay claridad en los hábitos y en los horarios, no genera problemas a la hora de sentarse a comer.
A los niños se los puede atraer con una mesa decorada con mantel y servilletas de colores alegres (naranja, verde, amarillo, rojo), formas divertidas en los platos y la vajilla. Para el Feng Shui es recomendable quitar la televisión del comedor. La mesa no debe quedar debajo de vigas, ni entre corrientes de aire.
Roles y espacios comunes
A veces los problemas surgen por falta de autoridad, por roles invertidos o vínculos disfuncionales. En estos casos, hay que revisar los espacios privados y comunes de toda la casa. Probablemente no haya límites claros sobre ciertas pautas de convivencia. Por ejemplo, dormir con los hijos es un placer inmenso y hay corrientes educativas que alimentan la cama familiar pero el Feng Shui no recomienda que el bebé se convierta en el rey del espacio más íntimo de la pareja. En la adolescencia, los padres muchas veces comparten vida social con los hijos, esto es bueno pero con límites. A veces, las tensiones de la pareja con hijos adolescentes se agudizan, debido a que es frecuente que a esta edad busquen dividir opiniones y conseguir una ventaja en algo que desean. En la casa deben existir espacios de adultos, espacios de hijos, y espacios comunes, cuando no hay límites claros entonces surgen las discusiones, las peleas y los problemas de pareja y convivencia en general.
Por Patricia Traversa, Directora del Centro Oficial de Feng Shui Profesional y autora del libro “Cambie su vida con Feng Shui”