El 13 de mayo de 1973, una inquietud del padre Juan Markiewicz, sacerdote del Verbo Divino, por las poblaciones periféricas y una idea que le daba vueltas por la cabeza fueron el paso inicial para comenzar a desarrollar el proyecto de lo que hoy es Villa Cabello.
El ambicioso plan del sacerdote, conmovido por la situación que afrontaban las familias de la zona oeste de Posadas, contemplaba tres ejes principales: la vivienda, la educación y el trabajo, levantando siempre la bandera de la Iglesia Católica y poniendo todo el proyecto bajo el amparo de Jesús y María.
La hermana Francisca Hohenwieser y la comunidad alemana fueron fundamentales para el desarrollo de este proyecto, ya que realizaron la compra de doce hectáreas de campo, en la chacra 150, donde comenzó a funcionar la Promoción Social Cristiana (Prosocri), asesorados por el padre Juan.
En un primer momento, se construyeron casas de madera provisorias, pues había un proyecto de viviendas de material para esas familias que se ejecutaría más adelante.
Ya instalados en el lugar, durante 1976, se impartieron clases de corte y costura para todas las mujeres de la zona, que se interesaron por aprender a coser sus propias prendas y las de su familia. Para ello, la fundación compró máquinas de coser y todo lo necesario para el aprendizaje y la señorita Carmen Dora Zarza se ofreció para enseñar, convirtiéndose así en la primera profesora del barrio.
Mientras que la primera escuela para los niños y adolescentes fue inaugurada en 1978, brindando así la posibilidad de acceder a la educación.
Pasaron 44 años desde aquel día en que el sacerdote Markiewicz tuvo la iniciativa de armar un barrio para las familias sin techo en la zona oeste de esta ciudad. Fue esta la primera semilla para formar Villa Cabello.
Hoy se celebra un nuevo aniversario, prácticamente convertidos en una pequeña ciudad “autónoma” y la mayoría de sus pobladores están convencidos de que mejorarían su calidad de vida si se convirtieran en un municipio, sin intermediarios.