El escándalo en el Arzobispado de San Juan parece no tener punto de retorno: a raíz de una denuncia que formulara el propio Monseñor Alfonso Delgado por presunto fraude, administración fraudulenta y estafa, ahora la máxima autoridad de la Iglesia Católica sanjuanina podría verse envuelto en un escándalo sin precedentes.
El excontador y el extesorero del Arzobispado de San Juan se encuentran bajo la lupa de la Justicia por ser sospechosos de una estafa.
Fuentes calificadas aseguraron que el juez Benedicto Correa, que lleva adelante la causa, tiene elementos suficientes para avanzar por el supuesto desvío de entre 500 mil y 700 mil pesos de la Diócesis hacia sus cuentas personales.
La denuncia lleva la firma de Monseñor Alfonso Delgado y fue presentada en la primera quincena de febrero, aunque trascendió el 4 de marzo a raíz de una nota publicada en el semanario local El Nuevo Diario.
Delgado, exobispo de la Diócesis de Posadas a fines de la década de 1990, se defendió de las acusaciones que realizó en su contra Juan Brozina, el exadministrador del Arzobispado, quien en una entrevista con Diario de Cuyo aseguró, entre otras cosas, que Monseñor usaba el dinero para pagos indebidos.
“Cuando no se puede enfrentar la verdad, cuando no se tiene las cosas muy limpias, el recurso es mentir, es inventar”, dijo Delgado al mencionado medio este domingo antes de celebrar la misa de Domingo de Ramos en el oratorio de Cura Brochero.
“Brozina da manotazos de ahogado, miente e inventó una gran novela. No tengo nada que ocultar y todas las acusaciones tienen que ser probadas ante la Justicia”, agregó.
“El que no tiene qué ocultar, investiga, busca pruebas y las eleva a la Justicia”, siguió Monseñor. “Veremos lo que se viene. Estas calumnias se sumarán a la causa que ya inicié. Si tiene algo que denunciar, que lo haga ante el juez y no ante los medios”, dijo.
Juan Brozina hizo graves denuncias contra Monseñor Alfonso Delgado: dijo que transfirió plata del Arzobispado a su cuenta para pagar gastos que no se podían justificar y que, si se supiera, sería un escándalo.
El viernes fueron indagados los dos imputados en la causa por estafa: el excontador, Juan Brozina, y el extesorero, Darío Tapia.
La declaración más escandalosa fue la del primero, quien aseguró que la plata que se sacaba de la cuenta oficial del Arzobispado y se transfería a su cuenta sueldo, según la denuncia de la maniobra, no era para él, sino para pagos que realizaba el Arzobispado, encubiertos, que eran impropios a la Curia y que no se podían justificar.
Esta afirmación fue ratificada en una entrevista que publica este lunes el matutino local Diario de Cuyo, en la cual también detalla que “mis superiores disponían que hiciera esa transferencia a mi cuenta. Es un mecanismo que empezamos utilizando para unas reposiciones de fondos fijos y se desvirtúa ante la solicitud de que haga a mi cuenta esa transferencia, retire el dinero y se lo entregue a quien me lo solicitaba”.
Al consultársele sobre el circuito del dinero, manifestó que “la plata estaba en la cuenta del Arzobispado, de ahí hacíamos una transferencia bancaria a mi cuenta sueldo y yo retiraba ese dinero”.
En la entrevista y en la indagatoria, Brozina remarcó que ese dinero se le entregaba en mano al Obispo porque no tenía cuenta bancaria.
El profesional no detalló todavía qué tipo de gastos, pero dijo que pedirá ampliación de indagatoria para esclarecer y presentar la documentación.
Sí adelantó que “son gastos que generarían un escándalo si se supiera para qué son. Eran para sacerdotes o laicos que, si se sabía qué se pagaba con eso, generaría un escándalo. También era para distintos tipos de gastos que no quería que fueran en la contabilidad o para comprar votos en distintos organismos, ya sea Consejo Presbiteral, Decanato”.
Incluso aclaró que el obispo les daba ayuda a sacerdotes para tener apoyo en las decisiones. No sé si “comprar” votos es la palabra, pero sí para tener apoyo en decisiones que él necesitaba. Entonces, les daba ayuda a sacerdotes y con eso recibía el apoyo”.
Por otra parte no quiso entrar en detalles sobre qué eran esos gastos indebidos y dijo que lo declarará ante el juez primero cuando amplíe su declaración indagatoria.
Según Brozina, él se transfería dinero de la cuenta del Arzobispado a la suya y luego la retiraba para entregarla en mano al obispo.
Sobre Darío Tapia, tesorero de la institución, dijo que “no sabía de los pagos indebidos”.
Brozina también acusó a monseñor Delgado de realizar los balances a su conveniencia y dijo que no denunció nada antes porque “confiaba en él y me decía que ya lo íbamos a arreglar”.
“Por ahí no mostraba ciertas deudas o lo mostraba de forma diferente”, concluyó Brozina.
Limosna
El hecho salió a luz a través de una publicación de El Nuevo Diario y desde ese momento la feligresía está revolucionada, dado que el dinero faltante, unos 700 mil pesos, proviene de la plata que se recusada en la limosna.
La querella pidió una pericial contable de los últimos seis años para determinar si antes de la fecha en la que se detectó, noviembre de 2015, también se habría actuado de la misma forma por parte de los dos imputados.
Fuente: diario La Nación