La Unión Europea, como medida para luchar contra el terrorismo y la inmigración irregular, quiere saber con antelación la identidad de cada persona que entre al espacio europeo de libre circulación, conocido como “Schengen”.
La Comisión Europea está ultimando una iniciativa para crear un sistema de registro previo, que afectará a los ciudadanos argentinos como a todos los nacionales de países que no necesiten visa obligatoria para entrar en la zona Schengen.
El sistema, que podría llamarse “Etias” (EU Travel Information and Authorisation System) se presentará a finales de este año y es una de las respuestas del brazo ejecutivo de la UE tras los atentados de París y Bruselas, cometidos principalmente por ciudadanos europeos que habían viajado sin control a zonas de conflicto como Siria.
Las investigaciones de los atentados mostraron fallos en los controles fronterizos. Como que el belga Abdelhamid Abaaoud –fichado por los servicios de su país y uno de los supuestos líderes de la red yihadista que atacó París y Bruselas- viajara sin problemas desde Dusseldorf (Alemania) a Estambul ida y vuelta.
La Comisión Europea intenta con medidas de refuerzo de las fronteras exteriores poder mantener la libertad de circulación interior en el bloque, uno de los grandes logros de la construcción europea y amenazada por la subida de los partidos ultraderechistas, que piden volver a las fronteras nacionales.
Cuando esté en marcha –debe ser aprobado por los gobiernos del bloque, que en junio ya dieron un primer visto bueno a la idea, y por el Parlamento Europeo- hará que todos los ciudadanos de terceros países que quieran entrar en la zona Schengen -y que provengan de un país al que Europa no exija visa- tengan que inscribirse en una plataforma online, que será de pago.
Ese registro previo será requisito obligatorio para entrar a cualquiera de los 26 países que comparten el espacio de libre circulación Schengen -22 países de la UE además de Noruega, Liechtenstein, Islandia y Suiza-.
El sistema, del que se conocerán los detalles antes de fin de año, podría ser similar al “ESTA” estadounidense. Cualquier nacional de un país al que Washington no exige visa debe registrarse online para recibir un permiso de viaje, de ser posible con al menos 72 horas de antelación, por un costo de 14 dólares. Canadá y Australia tienen modelos similares.
La iniciativa europea tiene también una variante económica porque Bruselas calcula que podría ingresar hasta 500 millones de euros al año que irán directamente a su presupuesto y no a los gobiernos nacionales. Según los datos del Departamento de Estado, el sistema estadounidense registró 13,8 millones de pasajeros en 2015 que le hizo ingresar 193,2 millones de dólares.
Los datos que maneja la Comisión Europea aseguran que en 2014 entraron a la zona Schengen más de 30 millones de personas. Si hubieran pagado 13 euros por cabeza –el equivalente a los 14 dólares estadounidenses- Bruselas hubiera ingresado casi 400 millones de euros.