Esteban Cultraro tiene 23 años, vive en Floresta y estudia Actuario en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Para recibirse, le quedan cuatro materias. Entre febrero y mayo pasado estuvo en Londres. Viajó para estudiar. Cursó cuatro materias que le sirvieron para reforzar su perfil financiero. Y lo hizo en la prestigiosa Business School de la Universidad de Oxford Brookes, una de las 100 universidades del exterior con las que su facultad tiene acuerdo de intercambio. No tuvo que pagar ningún arancel. “Apliqué para una ayuda económica de $ 15.000 que me sirvió para el pasaje. De otra manera no habría podido vivir otra cultura y estudiar en otro contexto”, señala Cultraro, que trabaja de guardavidas.
Como Cultraro, cada vez más estudiantes de universidades públicas y privadas viajan a estudiar un cuatrimestre o un año en universidades de casi todos los continentes. Ejercitan el idioma, experimentan vivir en otro país, aprenden un enfoque distinto de su carrera y generan contactos. Y avanzan en sus carreras, ya que en muchos casos las materias que cursan tienen equivalencia local.
Casi siempre hacen la experiencia a partir de acuerdos de intercambio y sin necesidad de pagar aranceles adicionales, mientras que una gran mayoría accede a algún tipo de beca que le sirve para costear el viaje y la estadía. La tendencia es tan marcada que hay universidades en las que por lo menos dos de cada 10 estudiantes egresan con una experiencia de este tipo.
“El proceso de internacionalización de las universidades es una realidad que en la Argentina tiene cada vez más volumen. Es un fenómeno en auge”, explica Luis Pérez Van Morlegan, secretario de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Económicas, donde hasta 2014 registraban entre 15 y 18 estudiantes de intercambio cada año y hoy rondan los 50. Además de 100 universidades con acuerdo de reciprocidad y materias con equivalencias en la UBA, en Económicas ofrecen una ayuda de hasta $ 20.000 para promover los intercambios.
En medio de la carrera
Por lo general, quienes viajan a estudiar cursan tercero o cuarto año de su carrera. Acceden a becas y acuerdos a partir de un buen promedio de notas -por lo general 7 o más- y óptimo manejo del idioma de la universidad de destino. Las universidades más elegidas son las estadounidenses y las europeas, principalmente de Francia, Inglaterra, España y Alemania. Aunque también Canadá, Israel, Brasil, Colombia, México y Australia reciben muchos estudiantes argentinos.
“Llegué a Montreal el 19 de agosto y me quedo hasta el 18 de enero -cuenta desde Canadá Nicole Aranovich, que estudia Economía en la Universidad de San Andrés y está en la Hec de Montreal, becada por el Estado canadiense-. Vine a observar, inspirarme, aprender y volver.” En UdeSA afirman que el 25% del alumnado realiza algún intercambio. En lo que va del año viajaron 60 alumnos, un 30% más que en 2015. “Estudiar en el exterior brinda ventajas. Resulta un desafío productivo, como cursar materias en idiomas diversos y exponerse a aprendizajes diferentes e incluso comenzar a formar una red de contactos”, considera Diego Finchelstein, profesor de la Escuela de Administración y Negocios de la UdeSA.
Entre 1997 y 2014, en la Facultad de Ingeniería de la UBA unos 400 alumnos estudiaron en el exterior. En 2015 viajaron 100. En Ingeniería estiman que el 20% de los flamantes ingenieros cursó materias en el exterior. “Quienes realizan un intercambio son estudiantes motivados que, por lo general, terminan la carrera en el corto o mediano plazo al regresar. Aprenden a ser más proactivos y versátiles”, dice Marcelo Utard, subsecretario de Intercambios Académicos de la Facultad de Ingeniería, donde hoy ofrecen becas para ir a Francia y Alemania.
En algunos casos, los estudiantes acceden, a través de las universidades de destino, a pasantías rentadas. Dan Safranchik, de 25 años, estudia Ingeniería Industrial en la UBA y hasta agosto del año pasado trabajó en Renault, donde hizo una pasantía tras cursar en la École Centrale de Lyon. “Hice una práctica como asistente de control de gestión en las oficinas de París”, cuenta.
Experiencia valorada
En 2015, del Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA) viajaron 150 alumnos al exterior. En esa universidad destacan que esas experiencias fortalecen “la capacidad de trabajar con otras culturas y en equipo” y los saca “de una zona de confort”.
En 2005, en la UCA viajaron 35 estudiantes por semestre; hoy son entre 80 y 100. “Los alumnos desarrollan habilidades blandas, algo muy demandado entre los profesionales y que tiene que ver con la sociabilidad, la adaptación a distintos entornos, el trabajo en equipo, la responsabilidad, la creatividad, la capacidad de comunicación, la motivación y las ganas de aprender. Un alumno que transita una experiencia así es muy valorado entre los empleadores”, opina Alejandra Pertini, coordinadora de Becas e Intercambio de la UCA.
En la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) también dan cuenta del fenómeno. En la regional Buenos Aires, en 2015 viajaron 18 alumnos a Alemania, cuatro a Francia y uno a España. Y en lo que va de 2016, tuvieron 16 estudiantes en Alemania, ocho en Francia y uno en España.
La Universidad Torcuato Di Tella tiene un crecimiento sostenido de los viajes que “ronda el 25% anual en los últimos tres años”. En 2016, 58 viajaron al exterior. “Fui a Londres para cursar el segundo cuatrimestre del año pasado. Hice cuatro materias en la Regent’s University London. Logré una beca de US$ 4000 y los aranceles los tenía cubiertos por acuerdo de mi universidad”, cuenta Leticia Gagetti, de 26 años, que cursa cuarto año de la Licenciatura en Historia.
En la Universidad Austral también crecen los viajes al exterior. En 2011, hubo 96 experiencias. Cerrarán 2016 con 183. “La tendencia está en alza”, sentencia Marcelo Meregalli Ferrer, director de Relaciones Internacionales de esa universidad.
Durante la última década, en la Facultad de Psicología de la UBA no superaron los cinco viajes de intercambio por año. Explican que falta una reciprocidad de las universidades que firman los acuerdos, ya que en promedio Psicología de la UBA recibe por año cerca de 60 estudiantes. “Atravesamos un nuevo paradigma en la educación superior. La internacionalización es impostergable”, opina Gabriela Fernández, jefa del Departamento de Relaciones Internacionales de la Facultad de Psicología.
Javier Drovetto