Ariel Staltari (43) debutó como actor a los 26 años y lo hizo con un papel protagónico en Okupas, la miniserie con Rodrigo de la Serna que mostró el costado marginal que se vivió en la época del 2000 en una argentina donde el movimiento piquetero tenía cada vez más crecimiento. El unitario fue producido por Ideas del Sur y dirigido por Bruno Stagnaro.
18 años después, el actor se destaca como Loquillo, que pertenece a la banda de los piratas del asfalto en Un gallo para Esculapio, el unitario que produce Underground protagonizado por Luis Brandoni (77) y Peter Lanzani (27). Staltari, además, es el coautor de la ficción junto a Stagnaro.
Pero antes de llegar a los medios, debió luchar contra una dura enfermedad que casi le cuesta la vida y le hizo replantearse lo que buscaba en su camino y lo que quería para su futuro.
“Yo tenía una banda de rock en la que era baterista y toda mi vida soñaba con algo más pero no sabía qué. En 1999 me diagnosticaron leucemia, estuve muy enfermo y pensé que todo se terminaba”, explica Staltari en una nota íntima con Teleshow.
Sin embargo, y contra los pronósticos de los propios médicos, logró salir adelante después de varios meses de internación y tratamientos ambulatorios: “A partir de este momento mi vida empezó a cambiar. Y para siempre“.
Su lucha contra la leucemia
Ariel tenía 25 años cuando le diagnosticaron Leucemia Linfloblástica Aguda (LLA), enfermedad contra la que peleó durante casi dos años. “En esos tiempos, tener esa enfermedad era igual a muerte y yo tuve la chance de vivir otra vida. Entonces, me propuse a hacer todo lo que tenía postergado, y una de esas cosas era empezar a estudiar actuación”, relata sobre el difícil momento que atravesó mientras estuvo internado en el Hospital Posadas, en donde realizó el tratamiento que demandó siete meses de internación ininterrumpida.
El primer casting lo hice a los tres meses de haber empezado a estudiar actuación y me eligieron para protagonizar Okupas
“Al llegar a la mitad del tratamiento todo se complicó porque no reaccionaba a la medicación. Ya no había nada más que me pudieran dar… Estaba muy neutropénico (disminución aguda de neutrófilos en la sangre), estaba muy mal. Hasta mis viejos prácticamente habían perdido las esperanzas“, cuenta sobre sus padres María y Pedro, quienes lo acompañaron durante todo el proceso, al igual que sus hermanos Leandro (40) y Luciano (33).
“Mi mamá es un poco mística, empezó a recorrer iglesias y depositó su fe en el Padre Mario. Y de golpe empecé a mejorar”, continúa sobre su recuperación.
“Después de la internación seguí un año con tratamiento ambulatorio, empecé a estudiar actuación con Lito Cruz (76) y a los tres meses fui a mi primera audición“, detalla quien fue elegido para interpretar a Walter en Okupas.
Mientras grababa Okupas me daba sesiones de quimioterapia sin contarle a ninguno de mis compañeros
Ya había encontrado su vocación y la disfrutó de una manera impensada. Con 26 años, y todavía recuperándose de la leucemia, Staltari debutó como actor y con un rol protagónico. “Como todavía estaba en tratamiento, a veces me daba quimioterapia antes de ir a grabar. Pero no le contaba a nadie porque pensé que podía llegar a correr riesgo mi trabajo como actor”, confesa.
“A los tres años, tuve remisión completa (la enfermedad se había ido) y a los cinco me quedé más tranquilo y empecé con controles anuales”, agrega Ariel, a 17 años de su pelea más importante.
Una historia de superación
Ariel cuenta su historia de vida como un mensaje de esperanza para quienes luchan contra esa enfermedad. “Hay que aprender a convivir con los fantasmas y tratar de poner el acento en las cosas felices, que yo las tengo de sobra. Tengo dos hijos hermosos y una mujer que adoro. Más no le puedo pedir a esta vida“, expresa quien está en pareja hace once años con Gabriela (42).
“Fue ella quien permitió que mi oficio se asentara. Me ayudó a confiar en mí. Hoy soy una persona que disfruta de lo que sembró”, cuenta el papá de Valentino (seis años) y Vito (tres), “dos tanos que salpican tuco para todos lados”.
“Tengo una vida muy linda. Evidentemente, yo generé un poco esa enfermedad para poder ser feliz porque antes no lo era. Esa es mi lectura”, sintetiza Ariel sobre su lucha y la manera que encontró para salir adelante.
Un okupa que debutó con un protagónico
“El viernes quedé en el casting y el martes ya estaba firmando el contrato de un programa que iba a marcar una manera diferente de hacer ficción, dentro de la televisión argentina”, analiza sobre Okupas.
Ariel Staltari (Walter) protagonizó Okupas junto a Rodrigo De La Serna (Ricardo), Diego Alonso Gómez (El Pollo), Franco Tirri (El Chiqui), miniserie que ganó tres premios Martín Fierro: Mejor Unitario, Mejor Director y Actor Revelación, para Diego Alonso.
Escribir y protagonizar Un gallo para Esculapio, su desafío más grande
Ariel se reencontró con Stragnaro gracias a sus respectivas mujeres: “Hace unos años mi esposa le presentó una amiga a Bruno y comenzaron una relación”. El director le comentó que tenía en mente Un gallo doce años para Esculapio y le propuso colaborar en el guión.
“Mi representante, Jorge Galli, fue quien dio el puntapié al conseguir una reunión con Underground, en donde nos dijeron que propongamos un proyecto. Para mí era un desafío muy grande y sentía un compromiso doble porque tenía que escribir despegándome del actor, ya que recién cuando el guión estuviera terminado eligiríamos qué personaje haría yo, y porque estaba escribiendo al lado de Bruno“, explica Staltari.
Mientras escribamos el guión de Un gallo para Esculapio, nos infiltramos en una pelea de gallos un domingo a la madrugada en Rafael Castillo
Llegar al final del guión de Un gallo para Esculapio les llevó dos años de investigación sobre las peleas de gallos y bandas de piratas del asfalto. En ese período entrevistaron a policías y distintos personajes que fueron clave para el libro.
“Fue un proyecto que nos costó mucho y por el cual hicimos muchos sacrificios. Nuestras familias nos aguantaron bastante”, agradece Ariel, que también destaca la ayuda de Gabriel Stagnaro, hermano de Bruno y cineasta que colaboró “en horas inciertas”, y de Alicia Garcías, mujer del director.
Riñas de gallos en la madrugada y casting callejero
Durante esos dos años, Staltari y Stagnaro pasaron por diferentes etapas en la investigación y se encontraron con hombres que terminaron audicionando para formar parte del unitario. “Conocimos un gallero que nos llevó a una pelea que se hacía un domingo a la madrugada en Rafael Castillo. Fuimos asustados… Al principio teníamos mucha incertidumbre porque medio que nos habían sacado la ficha. A Bruno le preguntaron si era policía y algunos me reconocieron“, cuenta el actor.
“Esta suerte de casting callejero que hicimos surgió de las distintas personas que fuimos conociendo para trabajar en el guión”, explica sobre quienes luego se sumaron a la ficción. Orlando Sosa, el gallero que los llevó a la riña en Rafael Castillo terminó interpretando a Aguirre, el entrenador de los gallos de Chelo Esculapio (Brandoni).
“Conocimos a un policía que quería actuar, adicionó y quedó en el papel de un ladrón”, detalla sobre quien interpreta a uno de los Melli. De la misma forma, llegó el personaje de Péndulo: “Él, al igual que en la serie, es senegalés y vendedor ambulante en Liniers”.
Ariel también viajó–siempre con Stagnaro- a Termas de Río Hondo, “la meca de los gallos”, en donde conocieron a otro gallero que les brindó mucho material que lograron adaptar en la serie.
La actuación me cambió la vida
Después de 17 años, volvió a la televisión como un Loquillo
“Me inspiré en muchas personas que fui conociendo, que estuvieron, de alguna u otra forma, vinculados a los piratas del asfalto, al mundo delictivo. Los pude estudiar, tanto sea leyéndolos o conociéndolos”, detalla el actor sobre cómo logró componer e interpretar a su personaje.
“Loquillo le aporta mucho color y mucho humor a la serie. También mucho dramatismo y hasta llega a darte mucha pena”, adelanta sobre su papel. “Es una criatura de las más hermosas que me ha tocado componer”, sintetiza Staltari.
“Loquillo es el típico pibe que es despreciado por su padre. El hijo no querido y que el padre compensa esa falta de contención dándole dinero o teniéndolo dentro de la banda. Todo el tiempo llama la atención, se droga, sale a robar y se manda cagadas“, describe a su personaje.
“Con Bruno siempre priorizamos la trama, antes que cualquier situación. Él fue mi mentor como actor y hoy como guionista. Está en mi vida para marcarme diferentes rumbos dentro del camino del arte”, destaca Staltari sobre su compañero y amigo.
Ariel Staltari dicta clases de actuación en el centro cultural Anthropos de San Isidro y el 25 de septiembre debutará en el Teatro San Martín con la obra Bajo el bosque de leche, del poeta gales Dylan Thomas.
“Dar clases es otra de mis pasiones. Podés hacer creer que actuar está mucho más cerca de lo que nosotros pensamos. Invito a mis alumnos a que juntos recorramos un camino para ser felices. Es no perder ese niño que llevamos adentro para que la vida sea más llevadera”, asegura.
Mi lectura es que yo generé esa enfermedad para poder ser feliz, porque antes no lo era
Mientras ensaya, disfruta del éxito de Un gallo para Esculapio y del buen rating que los acompaña cada semana. “Hay deseos de que salga la segunda temporada. Esperamos que así sea para ponernos a escribir cuanto antes”, augura Staltari.