La esperanza para los pacientes en estado vegetativo y sus familias tomó un nuevo impulso con la publicación de los resultados de un tratamiento experimental que logró que un hombre que hace 15 años no mostraba rastros de conciencia sonriera y llorara con una canción.
Según el estudio, el hombre mostró mejoras significativas en atención, movimiento y actividad cerebral después de un mes de la instalación de un implante en el pecho que envía impulsos eléctricos para estimular el nervio vago, que conecta el cerebro a otros órganos principales del cuerpo.
El paciente de 35 años comenzó a responder órdenes simples, como seguir un objeto con los ojos y voltear su cabeza. También parecía más alerta y era capaz de quedarse despierto mientras escuchaba a su terapista leer un libro. A su vez, reaccionó a estímulos amenazantes de una forma en que no lo había hecho en años, abriendo mucho sus ojos cuando un examinador movía su cara repentinamente hacia el paciente.
En cuanto a las emociones, los investigadores resaltaron que el sujeto, que sufrió un accidente automovilístico cuando tenía 20 años, sonrió y cayeron algunas lágrimas cuando escuchó una de sus canciones favoritas, del cantante francés Jean-Jacques Goldman.
“Las lágrimas pueden ser el resultado de la estimulación nerviosa”, explicó Angela Sirigu, del Instituto Marc Jeannerod de Ciencia Cognitiva, en Lyon (Francia). Sin embargo, aclaró que el daño cerebral hace imposible que el hombre pueda hablar. Así, el tratamiento no permite devolverlo al paciente a su estado original y se considera que pasó de un estado vegetativo a “un estado de mínima conciencia”, según las pruebas cerebrales.
Esto significa que la “conciencia se mantiene severamente alterada, pero, en contraste con el estado vegetativo, hay una mínima pero definitiva evidencia de conducta de conciencia personal o del contexto”, explicó Tom Manly, experto en ciencias cerebrales de la Universidad de Cambridge. Respecto al estudio, lo describió como “potencialmente muy emocionante”, pero pidió cautela para determinar “si este cambio en el paciente es realmente un cambio”.
El informe, publicado en la revista estadounidense Current Biology se basa en un solo paciente, aunque los investigadores dijeron que planean expandir su trabajo a otros por los avances que han visto en este hombre, que quedó incapacitado por un accidente automovilístico hace 15 años.
“La plasticidad cerebral y la reparación cerebral son aún posibles incluso cuando la esperanza parece haberse desvanecido”, agregó Sirigu, destacando que “es posible mejorar la presencia de un paciente en el mundo“.
Los cambios en su actividad cerebral fueron registrados solo un mes después de la instalación del dispositivo y se mantuvieron durante cinco meses después a la estimulación. Además, las tomografías cerebrales mostraron “un mejor funcionamiento”, aseguraron los investigadores.