Al dolor que provoca la pérdida de un hijo, una familia de Eldorado tuvo que sumarle el insólito error de los empleados de un hospital de Misiones que olvidaron colocar el cuerpo dentro del féretro antes de iniciar el viaje de 200 kilómetros.
Nicol Báez tenía once años y en los últimos tiempos tuvo que cambiar sus días de juego por hospitales y tratamientos que no surtieron el efecto deseado porque la leucemia que la afectaba finalmente ganó la batalla.
La familia explicó que el deceso de Nicol se produjo el sábado a las 5.30 en el Hospital de Pediatría de Posadas, donde estaba internada. Los padres de la menor cumplieron con los trámites formales y gestionaron que una ambulancia trasladara el cuerpo hasta la ciudad de Eldorado, donde residen.
“Conseguimos que la trasladen, pero todo fue muy rápido, cargaron el cajón y nunca nos dejaron verla” contó Marcelo Báez, el padre de la nena.
El sábado a la noche, cuando la ambulancia llegó al quincho del Kilómetro 18 de Eldorado, donde los familiares habían organizado el velatorio de despedida de la pequeña, bajaron el féretro y lo abrieron para contemplar por última vez el rostro de la nena.
Con estupor constataron que el humilde cajón estaba vacío. La insólita situación derivó en la intervención de la Policía, y el chófer de la ambulancia debió regresar a Posadas en busca del cadáver.
El velatorio finalmente comenzó en la madrugada de ayer y Nicol fue inhumada en el cementerio de Eldorado a las 10.00.