Pero sí, a Escorpio le gusta el sexo y lo pone en práctica cuando está conociendo a alguien. Pero es un camino para intimar, para conocer a las personas. Y en ese camino, habrá quien se quede atrás y habrá quien se quede con Escorpio. Y si se queda, será alguien que ha superado una gran prueba.
Se podría decir que Escorpio es de los que someten a una prueba a quien les gusta para saber si la superan y puede pasar a formar parte de su vida. Les gusta la estabilidad y tienen un círculo de personas en su vida que se la refuerzan. Quien está dentro de ese círculo cuenta y quien está fuera no. Y no hay más.
Cuando a nivel sentimental Escorpio incluye a alguien en ese círculo es porque está dando opción al amor, porque quiere un proyecto y ha encontrado a alguien que cumple sus expectativas, alguien que puede entrar en su proyecto.
A partir de entonces Escorpio se convertirá en alguien mucho más accesible, que dará mucho. Si hasta entonces su forma de intimar era a través de la piel, cuando hay amor la entrega se hace mucho más profunda. Siempre dando, aunque siempre reservándose una parte de sí mismo que quizás nunca llegue a dar. Es por su naturaleza emocional y vulnerable. Escorpio entrega mucho en pareja pero nunca podríamos decir que “se entrega” del todo.
Ya enamorado, resulta paradójico lo aparentemente inaccesible que parecía Escorpio cuando se le quería conquistar y lo fácil (bueno, Escorpio nunca es fácil) que resulta una vez enamorado y en pareja. En las primeras etapas nadie podrá acusarle de falta de entusiasmo y de ilusión, pero comparado con lo que viene después, hay grandes diferencias.
Escorpio encuentra cierta liberación en el amor, se evaporan algunos temores personales y siente que puede exprimir sensaciones, emociones y sentimientos con un margen más amplio para recibir y para dar.
La entrega es casi absoluta y Escorpio se hará presente en la pareja en lo que le pida, ya sea apoyando, estando para todo o dejando de estar si la otra persona necesita más espacio. Son detallistas, se sacrifican por su pareja y hasta presumen de ella. En cierta manera las posibles rarezas de las primeras etapas, dan paso a una actitud mucho más convencional por parte de Escorpio.
Y típico y tradicional podría ser el comportamiento de Escorpio en cuanto a los celos. Aunque la explicación sea todo lo contrario a la que muchos tienen: “un duro carácter escorpiano que va a por todo lo que se entromete en su vida”. Nada de eso. Escorpio es sensible y vulnerable y los celos son la alarma ante cualquier situación que temen y que piensan que les puede hacer sufrir. En este caso, personas que ronden a sus parejas. Son una amenaza, que quizás la perciban magnificada pero al que tiene miedo a la altura le dan igual que sea dos metros que doscientos.
Así que sacan sus uñas cuando ven el peligro. Lo ideal en estos casos es ser sinceros con Escorpio respecto a otras amistades, tranquilizarles en sus temores y sobre todo, no jugar a dar celos. Lo primero porque la verdad es lo mejor que funciona con ellos. Lo segundo porque tienen un detector de mentiras natural y suelen pillarlas todas. Y si hay cuernos de verdad, los van a detectar y no los van a perdonar. NUNCA.
En el desamor es cuando Escorpio saca su parte peor. Si se le ha traicionado o engañado no lo lleva bien. Y quien avisa no es traidor. Todo le parecerá poco para vengarse. Es su dolor el que le lleva a hacerlo, y de alguna manera se vengan para sentirse menos heridos. Pero es que Escorpio lo dio todo enamorado y lo único que pidió a cambio era sentirse valorado y que no se le traicionara. Era bien sencillo. ¿no?