Era una mañana tranquila en San Francisco, Córdoba. Una señora de 53 años estaba en la carnicería del barrio, probablemente pensando el menú para su almuerzo, cuando de repente un caballo atravesó el cristal de la vidriera y entró al local de 9 de julio y Caseros.
Por suerte, después de espantar a todos los del local, se quedó mansito ahí adentro, como mirando las ofertas. Este potrillo marrón no estaba solo, corría con otros dos, que por suerte se quedaron en la calle. Atrás de ellos ya estaba la policía y algunos vecinos valientes intentando atraparlos.
Sebastián Mendoza, el carnicero del local, le contó al medio local “El Periódico” que lo único que pudo hacer fue agacharse detrás del mostrador. La clienta, también corrió para donde estaba él, aunque igual debió ser atendida por una crisis de nervios.
Según el informe del diario, la policía capturó a los tres animales y los arrió hasta la Sociedad Rural, donde esperan que aparezca el dueño al que se le escaparon.