En la Argentina muere una persona cada siete minutos por enfermedades relacionadas al corazón, según las últimas cifras difundidas por el Ministerio de Salud de la Nación que registran más de 70 mil decesos cada año por eventos coronarios. Especialistas remarcan que lo más importante es tomar conciencia y controlar los factores de riesgo.
Profesionales del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) advierten que se producen cada año unos 50 mil infartos, que son responsables de 17.130 muertes, aunque la cifra real podría ser mayor ya que algunos pacientes no llegan a ser registrados porque fallecen antes de recibir atención médica.
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“Cuando hablamos de la mortalidad por enfermedades coronarias no estamos tomando las enfermedades cerebrovasculares, cuya principal manifestación es el ataque cerebral o stroke; sin embargo, el corazón es responsable del 22,9% del total de muertes por causa definida, contra el 20,9% de todos los tipos de cáncer y el 17,9 de las enfermedades respiratorias”, dijo Alejandro Cherro, presidente del CACI, en diálogo con Télam.
En tanto, Anibal Damonte, cardioangiólogo intervencionista remarcó que “todavía es muy alto el número de personas con síntomas de infarto que no llegan a recibir atención médica o que cuando llegan ya es tarde”.
“Cuanto antes el paciente reciba un procedimiento para restablecer el flujo sanguíneo en la arteria obstruida, idealmente mediante la realización de una angioplastia o cuando no se disponga de una sala de hemodinamia, la aplicación de fármacos antitrombóticos hasta tanto se pueda hacer la angioplastia, mucho mejores serán las chances de sobrevida y la calidad de vida posterior de esa persona”, agregó el especialista, quien además es vicepresidente del CACI.
Cómo afecta en mujeres
El informe de la autoridad sanitaria destaca que la muerte de mujeres por enfermedades coronarias fue de 36.483 en 2015, seis veces más que la cantidad de decesos que se produjeron como consecuencia del cáncer de mama (5.970), lo que según los especialistas se debe a que “la mujer consulta menos, lo hace con los síntomas más avanzados, y muchas veces la atención médica subestima el cuadro y no actúa con la celeridad que correspondería”, precisó Damonte.
Los especialistas instan a tomar conciencia sobre la importancia de la prevención, a partir del control de los factores de riesgo y a trabajar para actuar en forma inmediata ante la presencia de los primeros síntomas de un evento coronario.
Las señales y la prevención
Entre las principales señales de la presencia de un dolor de origen cardíaco, los profesionales destacan el dolor en el pecho generalmente de tipo opresivo, sensación de desasosiego y de muerte inminente, algunas veces sudoración, mareos e hipotensión en el caso de una oclusión total del vaso coronario que desencadena un infarto agudo de miocardio.
Asimismo, explicaron que en cuadros menos graves, generalmente el dolor coronario aparece al efectuar alguna actividad física y se alivia con el reposo, pero también puede surgir como resultado de emociones intensas, estrés, calor o frío extremos y luego de una comida en la que la ingesta haya sido absolutamente desmedida.
Los factores de riesgo incrementan las probabilidades de padecer un evento coronario y si bien hay algunos que no se pueden modificar, como la genética, la edad o el género (el riesgo aumenta con la edad y es mayor en los varones) hay otros “factores modificables muy importantes como la hipertensión arterial, la diabetes, el tabaquismo, la hipercolesterolemia (colesterol elevado), el sedentarismo, la obesidad y el estrés”, afirmó Cherro.
“Es importante llevar una vida sana, visitar con cierta periodicidad al médico y controlar estos factores de riesgo en forma periódica. Está demostrado que poseer elevados dos ó más factores de riesgo multiplica las chances de padecer un episodio coronario”, concluyó.