Quizá nada le haya salido mejor al gobierno de Mauricio Macri en su primer año de gestión que la primera licitación para instalar en el país proyectos de energías renovables, una tendencia internacional que había sido casi inexplorada en la Argentina.
La última corroboración llegó ayer, cuando se adjudicó la última tanda de emprendimientos del Plan Renovar en su versión 1.5. Según informó el Gobierno, se adjudicaron proyectos por 1281,5 megavatios (MW), el equivalente a casi dos centrales atómicas Atucha II. Ese número más que duplica los aproximadamente 1100 MW que había adjudicado el Ministerio de Energía, a cargo de Juan José Aranguren, en septiembre pasado. Ya en ese momento el funcionario había celebrado el interés que la propuesta había despertado en los inversores y había considerado la compulsa como un éxito.
“El Gobierno está muy satisfecho por la repercusión que tuvo este proceso. Con transparencia, ausencia de discrecionalidad, reglas claras y manteniéndolas a lo largo de todo el proceso, los inversores están dispuestos a colaborar con la Argentina”, explicó Aranguren en una conferencia de prensa.
Una vez más repitió que las energías renovables colaboran con su doble objetivo de “garantizar la seguridad energética y disminuir el impacto del cambio climático mediante la diversificación de las fuentes de energía”.
El primero de esos puntos tiene vital importancia en el mediano plazo, dado que según las temperaturas que se registren en el verano, es posible que la oferta total de electricidad del país no alcance a cubrir la demanda. Las principales fuentes de energía renovable son la eólica, la solar, la biomasa y los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos.
La convocatoria original del Gobierno contemplaba la adjudicación de proyectos por 1000 MW. Sin embargo, el número final estuvo muy por encima de esa cifra debido a que los precios ofertados fueron menores a los que esperaba Energía. Más aún: el último lote de empresas que obtuvieron la adjudicación ayer bajaron sus valores para presentarse una vez más a la compulsa.
Los precios ofertados por los interesados son quizás la mayor sorpresa de todo el proceso. Los nuevos proyectos fueron adjudicados a un precio promedio de US$ 54 MWh, US$ 7,3 por debajo del promedio de la Ronda 1, que ya había tenido valores más bajos que en el kirchnerismo. Todos los proyectos de energías renovables adjudicados este año suman un precio promedio de US$ 57,44 por MWh. En el pasado, contratos similares se cerraron por encima de los US$ 120.
Los ganadores tendrán un contrato en dólares a 20 años con Cammesa, la compañía administradora del mercado eléctrico, que se compromete a comprar la energía que produzcan esos proyectos. Sus precios recibirán un ajuste de 1,7% interanual para compensar la inflación en moneda extranjera. Y si algo de todo eso falla, hay una red de protecciones para el inversor que prácticamente aseguran el repago de los desembolsos.
Los proyectos presentados sumarán inversiones por US$ 4000 millones, según el subsecretario de Energías Renovables, Sebastián Kind.
En marzo, el presidente Mauricio Macri reglamentó una ley de fomento a las energías alternativas que apunta a llevar la producción al 8% del total a fines de 2017, desde el 1,8 por ciento actual.
El negocio del sol, el agua y el viento
Primera licitación
El Gobierno lanzó este año la primera licitación de energías renovables. Buscaba adjudicar 1000 MW, pero terminó adjudicando más de 2000 MW.
Garantías a la inversión
Uno de los motivos por los cuales hubo muchos interesados es porque los conratos resguardan a los inversores. Son convenios a larzo plazo en dólares, y el Estado se compromete a comprar toda la energía.
Seguridad energética
La apuesta apunta a mejorar el suministro de electricidad, un bien que escasea en los momentos de alta demanda, como el verano.
Por: Pablo Fernández Blanco
