A casi seis años de la desaparición de María Cash, la justicia investiga dos mensajes de auxilio que podrían ser de la joven. Se trata de mensajes que fueron escritos a mano en los baños de dos estaciones de servicio, una en Chubut y otra en Santa Cruz.
Los mensajes aparecieron el lunes pasado en una estación de servicio de la localidad de Garayalde, en Chubut, y el martes, en una YPF de Cañadón Seco, en el norte de Santa Cruz, a 279 kilómetros entre un lugar y otro, ambos sobre la ruta nacional 3.
Según indicó a LA NACION Máximo Cash, hermano de la joven desaparecida, los mensajes están siendo analizados por Gendarmería. “Unas chicas nos llamaron y nos pasaron las fotos de los escritos”, sostuvo Máximo. “Para mí la letra no es la de ella, pero pudo haber cambiado o lo escribió otra persona por ella”, dijo.
“En noviembre del año pasado el ministro de Justicia dio el ok para pagarle los honorarios a un abogado querellante que participe en la causa. Eso le va a dar un giro importante a la investigación porque no lo pudimos hacer durante 6 años”, agregó el hermano de María Cash.
Qué dicen los mensajes
El mensaje aparecido en la puerta del baño de mujeres, en Garayalde, hecho con marcador negro dice: “Ayuda. Soy María Cash. Me llevan a un pueblo de Las Heras (Santa Cruz) en un auto blanco Sandero DEN 232. Avisen auxilio” y la fecha del lunes, a las 13.
La no correspondencia entre el modelo de auto, marca Renault, y la patente se hizo evidente a las autoridades apenas hallado el mensaje, ya que las chapas con inicial D corresponden a vehículos comercializados entre 2000 y 2003, cuando el Sandero aún no se fabricaba.
En tanto, el mensaje encontrado en Cañadón Seco era más breve, pero también citaba que la llevaban a Las Heras y repetía que iba en un auto blanco, pero tenía fecha de ayer.
La veracidad de los mensajes está siendo investigada, en este caso con intervención de la jueza federal de Comodoro Rivadavia, Eva Parcio.
Según indicó DyN, la policía secuestró las maderas en las que fueron escritos los mensajes para realizar pericias, a la vez que se estaban buscando imágenes que puedan haber captado alguna de las 19 cámaras de seguridad que tiene la estación de servicio de Garayalde.
El caso
María Cash tenía 29 años cuando viajó a Jujuy para vender ropa que ella misma había diseñado. El viaje fue el 4 de julio de 2011.
El viaje fue el 4 de julio de 2011. Si bien había planeado llegar a San Salvador, se bajó unos 200 km antes, en Rosario de la Frontera. Allí llamó a su amigo Juan Pablo Dumon, quien le daría alojamiento en la capital jujeña, para explicarle que se había bajado del colectivo porque no se había sentido cómoda.
Todos sus movimientos, los últimos de los que se tuvo noticia, fueron extraños y erráticos. Con un boleto que le compró por Internet su amigo, viajó hasta Jujuy, donde llegó en la madrugada del miércoles 6.
En un taller mecánico, pidió que le dejaran cargar su celular. El dueño del lugar le prestó su teléfono. María habló con la hermana de Dumon, que le ofreció que se tomara un remise para ir hasta la casa. La joven no hizo ese viaje. Poco después, se la vio en la entrada de Pampa Blanca haciendo dedo. Desde allí, llamó a su familia y les dijo que no estaba bien, que se había quedado sin plata.
Las cámaras de un peaje de Aunor, a 6 km de Salta, captaron algunos de los movimientos de la joven. Ya no acarreaba la valija con la que había viajado desde Buenos Aires, sólo llevaba su mochila.
Según lo que se pudo reconstruir, se supo que la joven se presentó en un hospital y pidió que la atendieran, pero se fue antes de que el médico de turno la hiciera pasar. Se comprobó que se trataba de ella porque tuvo que dar su número de DNI en la recepción.
El viernes 8 se comunicó por última vez con su familia, a través de un email. A partir de ese momento, se perdió el rastro de María Cash.
Federico Cash, su padre, falleció en 2014 en un accidente en una ruta de La Pampa, mientras hacía un recorrido en búsqueda de su hija.